UEN Villa de Cura sin pupitres ni servicios básicos

El llamado del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, a retomar las clases de manera presencial ha impulsado un debate en el sector educativo, ante el abandono que presentan algunos colegios, los salarios de los docentes y la disponibilidad de los padres para cubrir los útiles, pasajes y gastos de sus representados.

En este sentido, el equipo reporteril del diario elsiglo visitó la Unidad Educativa Nacional Villa de Cura, donde constató las malas condiciones de la planta física y recabó las dudas sobre el llamado a clases en dicho plantel.

La fachada de la institución hace pensar a quienes visitan que la escuela está abandonada, las ruinas de los módulos, el deterioro de las paredes y el abandono de la planta física ahuyentarían a cualquier representante que viene a buscar un cupo.
Al ingresar al colegio, se perciben pequeños grupos de alumnos conversando, mientras que las aulas están vacías y sin condiciones mínimas para impartir clases.

Juan Andrade, director de la institución, señaló que en la edificación funcionan dos escuelas, en la mañana la Leopoldo Tosta, que atiende niños desde primer hasta sexto grado, y la que él dirige, la Unidad Educativa Nacional Villa de Cura, que cumple horario desde las 10:30 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde.

“En total, más de mil estudiantes hacen vida en estos espacios; sin embargo, las condiciones mínimas de habitabilidad no existen. Las paredes están abombadas, las filtraciones de agua han destruido el techo, los salones muestran filtraciones, no tenemos pupitres, en varios salones no hay luz, en los módulos donde funcionan los salones de bachillerato los antisociales se llevaron desde los apagadores, hasta los tableros eléctricos.

“Atendimos el llamado del Presidente a clases, ya que somos una escuela nacional, sin embargo, tuvimos que desarrollar un programa de trabajo con los alumnos para poder atenderlos en medio de las limitaciones existentes, ya que son más de 450 estudiantes y no contamos con condiciones para su comodidad”, explicó.

HORARIO ESPECIAL
Andrade señaló que dividieron las actividades el lunes asisten primero y segundo año, el martes tercero y cuarto, quinto año asiste el miércoles y el jueves un grupo de alumnos que se encuentra capacitándose en el Inces. “De esta forma podemos atender en grupos a los estudiantes, garantizarle salones donde haya condiciones mínimas como luz, pupitres y baños limpios”, añadió el director.

Heidi Gil, docente de Química, señaló que esta sede es compartida, y esto hace cada vez más difícil trabajar. “Requerimos una supervisión para que las autoridades vean las condiciones en las que estamos trabajando, los alumnos y nosotros tenemos la disposición de venir a clases, pero es necesario las condiciones mínimas para trabajar, en estos salones tenemos problemas de filtraciones; ya vienen las lluvias, cuando esto ocurra va a ser muy difícil dar clases”, explicó Gil.

Para atender este llamado a clases es necesario recibir una dotación de equipos y suministros, nosotros no contamos con el número de pupitres necesarios para los muchachos, estas situaciones se debieron prever antes de iniciar las clases.

COMERDOR EN TOTAL ABANDONO
Paredes con evidentes rasgos de filtración, ausencia de mesas y bancos; un espacio para el disfrute se ha convertido en un salón vacío, donde los alumnos que esperan su comida deben apurarse a ingerirla para darle paso a sus compañeros.

“Le ofrecemos a los estudiantes un menú limitado, arroz o pasta con granos, ya que carne o pollo brilla por su ausencia, el mes pasado llegó una mortadela, pero de igual forma, la ayuda nutricional que se brinda es insuficiente para estos adolescentes”, explicó el Director de la unidad educativa.

FEDES Y UNA NUEVA SEDE
Yoselyn Rivero, coordinadora de acompañamiento escolar, comentó que antes de comenzar la pandemia, el equipo de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) se reunió con el equipo directivo de la institución y les ofreció la oportunidad de construirles su sede propia, el único requisito para ello, era que debían conseguir un terreno.

Conociendo esta situación, la directiva del colegio Leopoldo Tosta, les ofreció los espacios baldíos de esta institución para construir los módulos, sin embargo, a la fecha, el equipo de esta institución no ha regresado e imagina que con los cambios ministeriales esta oferta ya no está vigente.

BIOSEGURIDAD EN MANOS DE LOS CHAMOS
Para Rivero, las limitaciones de la Unidad Educativa Nacional Villa de Cura, son más que evidentes, por ello, no pueden asumir el costo de una campaña de bioseguridad. “Le hemos pedido a cada estudiante que traiga su mascarilla, su alcohol e incluso su agua potable para que sea de uso personal, de esta forma garantizar unas medidas mínimas sanitarias y hacerle frente al Covid-19”, expresó la docente.

Culminaron los docentes con un llamado al personal del Ministerio de Educación, a la Gobernadora del estado y al equipo de la Zona Educativa para que visiten esta institución y conozcan de primera mano la realidad que tienen que sortear los estudiantes para ver clases.

MAURICIO BOLÍVAR | elsiglo
fotos | ANGELO DURÁN (pasante)