Teñido de rosa y celeste, Uruguay se prepara para un referéndum muy igualado

Uruguay celebra este domingo un referéndum en el que sus ciudadanos votarán si derogar o no 135 de los 476 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), proyecto estrella del Ejecutivo del centroderechista Luis Lacalle Pou; en una consulta que se prevé igualada a la luz de las encuestas.

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FOTO : REFERENCIAL

Más allá del ‘Sí’ o ‘No’ que cada uruguayo elegirá poner en el sobre; la votación puede valorarse como de rechazo o espaldarazo a la gestión del actual Gobierno, integrado por una coalición de cinco partidos.

En un país en el que las contiendas electorales son vividas con gran pasión, casi como si de fútbol se tratase, las encuestas no vaticinan un claro ganador y la campaña para convencer al 10 % de indecisos subió su intensidad en las últimas semanas; si bien desde las 00.00 horas (03.00 GMT) del viernes rige la veda electoral.

Muros, pancartas, banderas y pañuelos tiñeron de rosa y celeste al país en el período de campaña de este referéndum que los analistas han estudiado como una suerte de consulta sobre el apoyo o rechazo a la gestión del mandatario en los primeros dos años de su mandato (2020-2025) y que valora artículos que versan sobre seguridad, empresas públicas; educación o vivienda, entre otros aspectos.

Sin embargo, hoy Uruguay amanece en calma en su particular periodo de reflexión en el que; además de prohibirse las actividades proselitistas, tampoco puede venderse alcohol desde las 19.30 horas (22.30 GMT) del sábado.

Rosado y celeste son los colores asignados por la Corte Electoral a las papeletas y los comandos los asumieron para armar las campañas.

De un lado, con papeletas color rosado, el ‘Sí’ impulsa dejar sin efecto la porción de disposiciones de la LUC que, según entiende la izquierda, va en contra del sentir popular; del otro, con papeletas celestes; el ‘No’ busca la defensa de una norma que, dice el oficialismo, no ha hecho sino beneficiar a los ciudadanos.

El uso de los colores no estuvo exento de polémica. Por un lado; los militantes por el ‘Sí’ usaron imágenes de la Pantera Rosa en su campaña, hecho que generó que la compañía responsable de los derechos de explotación del dibujo animado en el país prohibiese que esta continuase utilizándose.

Por el otro, el lema “Con la celeste ganamos todos”, usado por los partidarios del ‘No’, fue criticado por sus adversarios al entender que la oración podía asociarse al símbolo de mayor consenso en la sociedad uruguaya; su selección de fútbol, conocida como la Celeste, y que, a tres días del referéndum, selló su pase al Mundial de Catar.

Los promotores del referéndum, quienes ahora apoyan el ‘Sí’, ven como una hazaña militante el hecho de que este acto de “defensa de la democracia” se concretase, después de superar, en plena pandemia; las 671.544 firmas precisas para que se celebre esta elección.

Con un amplio margen, la comisión impulsada por la central sindical PIT-CNT y el Frente Amplio (FA), coalición de izquierdas que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020 y hoy es la principal fuerza de oposición; consiguió reunir las rúbricas necesarias para que esta iniciativa legislativa popular saliese adelante.

Este es uno de los principales motivos por los que muestran confianza en que el ‘Sí’ puede ganar.

Por su parte, los resultados electorales de 2020, que dejaron fuera del poder a la izquierda tras 15 años consecutivos, y las últimas encuestas de aprobación a Lacalle Pou; con más de un 50 % de apoyo, son las bases sobre las que los partidarios del ‘No’ consideran que lograrán el triunfo.

El de mañana será el cuarto referéndum a nivel nacional desde que la Constitución habilita este tipo de consulta para derogar una ley promulgada.

Los anteriores se celebraron en 1989; 1992 y 2003 y en los dos últimos ganó el “Sí”. La única derogación que no se aprobó fue la de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.

Casi 2,7 millones de uruguayos están convocados a las urnas en un país donde el voto es obligatorio; incluso en un referéndum. Uruguay se juega así el rumbo de su gobierno hasta las elecciones presidenciales de 2024.

EFE