A 208 años de la gesta de Ribas y la muchachada rebelde

Al final de la tarde del 12 de febrero de 1814, los realistas al mando de José Tomás Boves salieron huyendo en su intento por tomar La Victoria, con la objetivo de cortar la comunicación entre Caracas y Valencia. La retirada de aquellos que defendían la corona española dejó constancia del arrojo de los patriotas superados en número de soldados desde que se inició el día; fueron arriesgados y feroces. Lucharon con honor, lealtad y con pundonor.

 Ribas
Se celebran hoy 208 años del triunfo de los patriotas ante el ejército realista


Hoy se celebran 208 años de la Batalla de La Victoria, que sin duda alguna marcó uno de los grandes logros en la Guerra de independencia de Venezuela. Producto de esta proeza, se decidió que cada 12 de febrero se ovacionara en el país el rol de quienes participaron en esa confrontación -la mayoría muchachos- por lo tanto se decretó el Día de la Juventud.

El cronista e historiador Germán Fleitas Núñez continúa ofreciendo cátedra de la historia


El historiador victoriano Germán Fleitas Núñez -cronista de La Victoria y el primer alcalde de esa ciudad, período 1990-1993, ofreció un repaso por ese hecho histórico, y sus palabras implícitamente van impregnadas de orgullo, de cual debemos sentir todas y todos.
“Sabemos que el grupo que comandó José Félix Ribas no era superior a 1500 hombres, mientras por los realistas eran 7 mil, de los cuales probablemente 4 mil llegaron a La Victoria, y los otros 3 mil se quedaron en Villa de Cura de refuerzo, quienes tuvieron que venirse en la tarde cuando supieron que estaba perdido el ataque a La Victoria”, menciona.


Del 12 de febrero de 1814, asegura, deriva el Día Nacional de la Juventud, porque prácticamente ya para la guerra no habían adultos. “Por ello se tuvo que echarle mano a los más jóvenes, no solamente a los estudiantes sino también a los campesinos y a toda la juventud, porque era lo que quedaba”, señaló. Cabe mencionar que en esa batalla también intervinieron en las filas patriotas, seminaristas e hijos de hacendados, muchos de ellos, en edades que no llegaban a los 18 años.

La juventud victoriana revive anualmente la batalla


“Hay quienes dicen que era mentira que estuvieron universitarios porque estaban cerrados los centros de formación; claro que estaban cerrados, estábamos en guerra, pero muchos estudiantes estuvieron en la batalla. Que los llevaron llorando, rezando por el camino y aprendiendo a manejar las armas, eso es mentira, porque el Libertador Simón Bolívar había dictado un decreto prohibiendo que los estudiantes de las escuelas de Caracas recibieran adiestramiento militar en medio de la calle, porque creaba revueltas, trifulcas, expectativas, por ello la preparación la hicieron dentro de los colegios. Los que participaron en la batalla del 12F sabían manejar las armas, además, todos querían venir, marcharon desde Caracas, cantando, venían alegres, emocionados”, enfatiza.


Esa fue la gente que acompañó a José Félix Ribas en la batalla de La Victoria, dice el historiador. “Ribas era la autoridad militar de Caracas; Bolívar estaba en Valencia y conocían del ataque de Boves, que estaba atrincherado en Villa de Cura. Pero no sabían por dónde intentarían ingresar los realistas, entonces, montaron cuatro vigilancias, dos hacia Valencia, una en el Portachuelo de Guaica, por el sur, y el otro, al norte, en Los Guayos, donde hoy en día hay un negocio que se llama el Big Low Center. Las otras dos vigilancias estaban hacia Caracas, una en el Tuy y la otra en La Victoria, entonces por donde quisieran entrar, se iban a encontrar con un ejército que lo iba a estar esperando”, narra.


Contando sobre las estrategias de Bolívar y sus tropas, Fleitas Núñez refiere que el Libertador había organizado un grupo al cual se le llamó “cuerpo volante”, conformado por muchachos jóvenes, entre ellos Santos Michelena que tenía 14 años y su hermano Vicente Trinidad, de 16, hijos de hacendados, quienes eran muy buenos jinetes y conocían bien lo que hoy pudiéramos llamar los “caminos verdes”. Ellos, prosigue, se sabían todas las rutas, por dentro y fuera de las haciendas y podían llegar de Caracas a Valencia saliendo del camino real que eran donde estaban los españoles, simplemente tuvo ese grupo para que le dieran las noticias.


“Cuando Ribas se entera del ataque hacia La Victoria, le envía ese cuerpo volante al Libertador; lo entera de que es el sábado por la mañana (en La Victoria todas las batallas han sido los sábados). Bolívar envía a ese mismo grupo volante que vaya a Los Guayos y le informen al oficial al mando que es Vicente Campo Elías que avance a La Victoria, y esa es la explicación que ya en la tarde, cuando la batalla estaba casi perdida, llega el refuerzo”, relata.


Aprovecha el momento – Fleitas Núñez- para subrayar que lo ocurrido en La Victoria hace 208 años es una prueba que en la guerra de independencia “no fue nunca” una confrontación entre Venezuela y España, “ni entre venezolanos y españoles, sino entre patriotas y realistas”, porque habían muchos patriotas que eran españoles como Campo Elías y Villapol, y habían muchos realistas que eran caraqueños como José Domingo Díaz. “Los patriotas querían una patria nueva y los realistas se mantenían fieles a su rey, lo cual es muy entendible y lógico, sumamente perdonable hoy en día”, añade.


Apuntó que Ribas se vino el 8 de febrero desde Caracas, por el camino que existía, desde Antímano y por Los Cerros, “lo que llamaban el camino de los españoles”. “Llega el 10 a La Victoria y comienzan a atrincherarse, y el 12 es el ataque de Boves”.
Ante posiciones, incluso contradictorias, el historiador aclara que José Tomás Boves fue a La Victoria al frente de su tropa. “Hay versiones que por desmeritar a Ribas o salvar a Boves, se asegura que éste se quedó en Villa de Cura por una herida, como que si él por una cortadita se perdería la mejor batalla de su vida, que al final perdió”.


Entre los detalles de la batalla de La Victoria que en ocasiones son escondidos, nuestro relator menciona uno en particular. “Hay uno que poco se comenta y guarda relación con el refuerzo que llegó con Campo Elías al frente, eso produjo un doble efecto psicológico en el campo de batalla; a los realistas, que durante ocho horas de ofensiva no pudieron tomar la ciudad, los desmoralizó esa acción, mientras que los patriotas, tomaron mucha más fuerza para contener el ataque”, recalca.


Con la presencia de Campo Elías, los realistas huyen por el paso de Las Mulas, “hacia el camino que va a Villa de Cura y a los llanos. Ribas ordenó a un grupo que los persiguiera”. Fleitas Núñez nuevamente hace un alto, recordando tal vez a uno de los héroes olvidados que luchó por la misma causa de Bolívar; siguiendo a quienes corrieron “llegando al pueblo de Zuata, por Pantanero, donde hoy en día está el cementerio de La Victoria, matan a uno de los héroes de la independencia, Rudecindo Canelón”.


“Hay que recordar que este hombre aguerrido con 80 hombres, en una oportunidad atacó una ciudad donde habían 8 mil soldados realistas y los hizo huir porque todos creyeron que detrás de él venían más tropas patriotas, dejando abandonados el parque de armas y demás cosas. Era arriesgado. No era que no le temía a la muerte, sino como lo dijo un historiador, como que si despreciaba la vida. Él va al frente, porque tenía encomendada la tarea de perseguir a Boves y coronar la batalla, pero lo ataja la primera bala. Creemos, los victorianos, los amantes de la historia, que los restos de Canelón deben ir al Panteón Nacional, para que esté al lado de su jefe, el general José Félix Ribas”, afirma.


Por otros juicios sobre los particularidades de la batalla de La Victoria, en los cuales se juzgan incluso en tiempos contemporáneos a Ribas por sumar jóvenes a las filas patriotas -considerados por un lado como una muchachada rebelde que fueron parte de esa gesta – en la que se han argumentado que “no hay nada que celebrar”, Fleitas Núñez con convicción afirma: “es un disparate, porque entonces no deberíamos celebrar la Batalla de Carabobo, ni tampoco celebrar la guerra de independencia que causó tantas muertes. Es cierto, en una guerra se pierden vidas y eso es lo malo de ella, pero a cambio de esas vidas que se perdieron, se ganó la libertad y entonces ahorita, en vez de estar llorando a los muertos, lo que debemos hacer, es celebrar la libertad, defendiéndola”.

APUNTES
En el contacto realizado con el cronista e historiador, realizó varias aseveraciones que se transcriben a continuación:
“La juventud es el presente de la patria. El primer embuste que nos han metido es que los niños son el futuro del país, ellos son el presente de la patria. Y todos los esfuerzos que debemos hacer los mayores, es para educar, instruir, formar y para enriquecer de conocimientos a esos niños”.


“Hay un decreto del Libertador Simón Bolívar del 13 de febrero, donde le manifiesta a los soldados triunfadores de la batalla de La Victoria, que deberían escribirse en letras de mármol en algunas de las entradas de la ciudad: “Vuestros nombres no irán nunca a perderse en el olvido”.


“El doctor Escobar Salom ante la Asamblea Nacional Constituyente propuso que el 12 de febrero fuese declarado Día Nacional de la Juventud. El acuerdo se firmó el 10 de febrero de 1947 por el presidente de la Asamblea, el poeta Andrés Eloy Blanco. No debe confundirse con el Día del Estudiante, decretado por el profesor Edgar Sanabria”.

RECUADRO

ARENGA DE RIBAS
Antes de entrar en batalla, José Félix Ribas le dijo a los jóvenes que le acompañaban: “Soldados: Lo que tanto hemos deseado se realizará hoy: he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostradles vuestra omnipotencia. En esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!

El general en jefe José Félix Ribas

CONTEMPLAD LA GLORIA
“Vosotros, en quienes el amor a la patria es superior a todos los sentimientos, habéis ganado ayer la palma del triunfo, elevando el último grado la gloria a esta patria privilegiada que ha podido inspirar el heroísmo en vuestras almas. Vuestros nombres no irán nunca a perderse en el olvido. Contemplad la gloria que acabáis de adquirir vosotros, cuya espada terrible ha inundado el campo de la victoria con la sangre de esos feroces bandidos. Sois el instrumento de la providencia para vengar la virtud sobre la tierra, dar la libertad a vuestros hermanos y anonadar con ignominia esas numerosas tropas acaudilladas por el más perverso de los tiranos. Caraqueños, el sangriento Boves intentó llevar hasta vuestras puertas el crimen y la ruina…”

HBRI –elsiglo