Pizza keto Saludable y rica en proteínas para los gustos más exigentes

Las pizzas keto caseras son toda una tentación a preparar cuando queremos darnos el capricho de algo especial. En época de confinamiento no es raro que nos apetezca incluso más, pues además se vuelve una actividad muy entretenida, pero por muy casera que sea no conviene abusar.

FOTO: REFERENCIAL

Entre las recetas de pizza en casa son muy populares las keto, que procuran reducir los hidratos al mínimo y sustituyen la masa por una mezcla de ingredientes que prescinde de cereales o frutos secos. En esta versión la base está compuesta básicamente por pechuga de pollo, siendo por tanto una forma diferente de tomar una buena ración de proteínas, que podemos descuidar en la cuarentena.

El relleno o toppings no conviene que sea demasiado complicado ni abundante; en lugar de recurrir al típico tomate frito -cuyas versiones comerciales tienen demasiado azúcar- preferimos emplear un pisto casero, incluyendo así más variedad de verduras.

Si estamos siguiendo una dieta cetogénica muy estricta podemos sustituir el pisto por anchoas o jamón, una tapenade de aceitunas o, simplemente, más queso, usando por ejemplo queso crema de base.

Ingredientes

  • Pechuga de pollo500 g
  • Huevos M1
  • Queso Parmesano o similar rallado40 g
  • Pisto casero o queso crema300 g
  • Queso mozzarella1
  • Orégano al gusto
  • Ajo granulado al gusto
  • Pimienta negra al gusto
  • Sal una pizca

pizza keto saludable

Lo más fácil es pedir en carnicería que nos piquen la carne, aunque también podemos hacerlo en casa. Si no tenemos picadora o robot de cocina, con un buen cuchillo y paciencia podemos obtener un resultado más que aceptable. Para ello lo mejor es ablandarla primero golpeándola con un martillo de carne o rodillo, a través de plástico film.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja grande con papel antiadherente de hornear. Disponer la carne de pollo en un recipiente, salpimentar y añadir el huevo, el queso y ajo granulado y orégano al gusto. Mezclar todo bien hasta formar una especie de pasta o masa húmeda. Se hace mejor con las manos, usando guantes adecuados.

Extendender en la bandeja dejándola lo más fina posible, con el dorso de una cuchara grande. Si estuviera muy húmeda, pasar una o dos hojas de papel de cocina por encima, presionando suavemente. Hornear tal cual durante 15-20 minutos, hasta que esté dorada y firme. Dejar enfriar un poco fuera del horno.

Distribuir una capa de pisto o de queso crema y añadir el queso mozzarella escurrido y desmenuzado. Volver a hornear hasta que el queso esté bien fundido, unos 10-15 minutos, y aderezar con más orégano y/o ajo, si se desea.

El Siglo