Ocho mujeres fueron asesinadas en la primera semana de enero

Preocupa la violencia de género ante los resultados mortales que se han observado durante los primeros días del año 2022 en el país.


La violencia contra la mujer se ha exacerbado de tal manera, que de acuerdo con reseñas periodísticas, hasta el miércoles, 6 de enero, ocho mujeres habían sido asesinadas en 7 estados de Venezuela.

El más reciente femicidio conocido fue el de Himberlit Licet, una joven apureña de 22 años, que cinco días después de haber sufrido una paliza por parte de su pareja, falleció el 4 de enero, en el hospital Pablo Acosta Ortiz, en San Fernando.

Por razones no reveladas, la muchacha fue objeto de una brutal paliza el 30 de diciembre, en el urbanismo Santa Inés, a manos de M. Pirto, al parecer un valenciano de 34 años, tras cuya pista se encuentra el Cicpc de Apure.

Inconsciente, su familia la trasladó hasta el centro asistencial. De acuerdo al diagnóstico médico, la muerte le sobrevino a raíz del líquido que se alojó en los pulmones. Ya había antecedentes de violencia contra ella.

Días antes, en Mérida, durante las primeras horas de 2022, Mairoby Tahirí Villarreal Díaz, de 20 años de edad, madre de dos niñas de 4 y 6 años, fue asesinada a golpes y balazos en la vereda 41 del sector Los Curos.

Las sospechas sobre la autoría recaen sobre su expareja, Cristian R., a quien vieron en la calle persiguiéndola la madrugada del 1° de enero. Sus dos hijas desaparecieron tras el crimen y la familia de la muchacha denunció que la madre y hermanos del presunto asesino están involucrados en lo que consideran se trata de un doble secuestro.

El 3 de enero, en Táchira, la muerte de una sexagenaria, cuyo cadáver ensangrentado fue hallado en la sala de su casa, en Abejales, municipio Libertador, conmocionó a la población; todo se agudizó cuando se reveló que el asesino era uno de sus sobrinos, de 23 años de edad, y que el móvil que causó repulsión, fue para despojarla de 150 mil pesos colombianos.

Carmen Marina Hernández Pérez, de 66 años, había ahorrado esa cantidad y eso era del conocimiento del sobrino. Éste irrumpió durante la madrugada en su casa y al verse descubierto, luego de un forcejeo, la atacó con un arma blanca, provocándole heridas letales en el cuello y la cabeza. Fue detenido por el Cicpc.

Otra dama de la tercera edad, Ana Regina Romero de Méndez, de 87 años, murió la noche del domingo 2 de enero, en Valencia, estado Carabobo.

A esta mujer le asestaron golpes con un palo en todo su cuerpo; los de la cabeza le generaron traumatismo craneoencefálico severo.

Fue agredida en su propia casa, donde vivía sola. Aunque no se informó sobre el posible móvil del hecho, no descartaban el robo.

En Barquisimeto, dos mujeres, tras quitarles la vida con arma blanca, les prendieron fuego, calcinándolas a ambas en plena vía pública, cerca de una invasión en la Intercomunal Barquisimeto-Acarigua.

Inicialmente se informó que las víctimas eran pareja; luego se aclaró que una de ellas era prima de la novia de la otra víctima. Precisamente, la novia de una de las mujeres había recibido amenazas de muerte, se conoció poco después.

La madrugada del 3 de enero, Margian Carolina Méndez Sosa y la prima de su novia, Fredmar Meléndez, tras salir de una fiesta, en el asentamiento campesino La Mata, se dirigían a la casa de la pareja de la primera, ubicada a unos kilómetros, en la urbanización La Piedad.

Se desconoce qué pasó luego. En el trayecto, las interceptaron, apuñalaron y les prendieron fuego, cuando aún estaban vivas. Nadie pudo evitar su doloroso final.

Una tía de Margian contó que la joven mantenía una relación desde hace dos meses con una muchacha llamada Yesika, quien había recibido amenazas de muerte de una expareja que salió de la cárcel a finales de 2021.

La madrugada del 4 de enero, Yusselit Alexandra Chacón Parra, de 17 años de edad, fue hallada asesinada en su casa, en San Agustín, Caracas. Estaba desnuda y presentaba signos de asfixia y abuso sexual.

Sus familiares no acudieron a la morgue de Bello Monte para reconocer el cuerpo e iniciar los trámites para retirarlo. La chica vivía sola, pues sus padres están fuera del país.

Poco después del femicidio, los vecinos se enteraron que un joven de otra calle del sector Marín, apodado “El Kobe”, de 17 años, inicialmente fue herido de un balazo en una mano por delincuentes de la zona, que lo responsabilizaron del crimen de la muchacha.

Sin embargo, eso no fue lo único que le pasó al presunto victimario. La mañana del 5 de enero, el adolescente fue visto con una venda en la mano derecha, pero más tarde fue abordado en un callejón, le dispararon en el pecho, lo apuñalaron y luego le prendieron fuego, cuando todavía estaba vivo. Nadie hizo nada.

El adolescente falleció a un lado de la calle. Los vecinos caminaban de un lado para el otro y no prestaban atención al cuerpo que se quemaba. “Malandros del sector se unieron con los vecinos para lincharlo. Decían que si no lo mataban, las próximas víctimas serían sus hijas”, dijo un vecino.

En Zulia, la madrugada del 3 de enero, un iracundo hombre apuñaló hasta la muerte a su esposa y luego intentó quitarse la vida.

Los cuerpos fueron localizados por una hija de ambos, en su casa del sector El Manzanillo, municipio San Francisco del estado Zulia.

Doris Boscán Vílchez, de 55 años, estaba sin vida. Su pareja aún tenía signos vitales, aunque con una profunda herida en el cuello. Fue trasladado al Hospital Universitario de Maracaibo, donde se recupera.

Elsiglo