Dos barcos de ONG con 900 migrantes esperan en el Mediterráneo central

Dos barcos de ONG se encuentran en espera de un puerto con casi 900 migrantes a bordo, después de haberlos rescatado en el Mediterráneo central.

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En las ultimas horas, el “Sea Watch 3” de la ONG homónima realizó cuatro rescates; el último de 78 personas a bordo de una lancha neumática en dificultad, y actualmente lleva a bordo a 340 migrantes.

“Pasamos la Navidad a bordo del ‘Sea Watch 3’ con personas en busca de seguridad; que se quedaron solas con sus chalecos luchando contra el mar. Mientras la política europea habla festivamente de la caridad, deja a miles de personas ahogadas frente a su puerta. La catástrofe humanitaria en el Mediterráneo no conoce vacaciones”, dijo Mattea Weihe, jefe de misión a bordo del ‘Sea Watch 3’, en un mensaje enviado a los medios.

A pesar del mal tiempo, las salidas de barcazas de las costas africanas con destino a Europa no han cesado en este otoño e invierno; ya son 64.632 migrantes los que han llegado a las costas italianas en lo que va de año.

También en espera de un puerto está el “Geo Barents” de Médicos sin Fronteras; que lleva a bordo a 558 migrantes tras los rescates de los últimos días y donde la situación se hace difícil por el elevado número de personas.

“Estamos curando a estas personas por quemaduras de combustible, mareos, infecciones respiratorias y lesiones relacionados con la violencia. Todos los supervivientes necesitan atención adicional e inmediata y un lugar seguro lo antes posible”, explicó la obstétrica a bordo de MSF, Kira Smith.

El “Ocean Viking” de la ONG SOS Mediterranée, donde también se encuentran los cooperantes de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR); llegó hoy al puerto de Trapani, en Sicilia, después de 9 días de espera y pudo desembarcar a los 114 migrantes a bordo, entre ellos mujeres, niños y dos recién nacidos.

Mientras que los 216 náufragos rescatados por la organización alemana Sea-Eye desembarcaron este viernes en el puerto de Pozzallo, en Sicilia.

EFE