Lo que una potente eyección en una estrella lejana puede enseñar del Sol

Un enorme estallido de energía y partículas en la estrella EK Draconis, mucho más potente que las observadas en nuestro Sistema Solar, puede ayudar a entender cómo estos eventos en el Sol han afectado a nuestro planeta o a Marte durante miles de millones de años.

Un estudio que publica Nature Astronomy exploró el estallido y la consiguiente eyección de masa coronal en esa estrella, un fenómeno que se produce también en el Sol, aunque no existe registro de una de tanta intensidad.

Ese tipo de erupciones está formado por nubes de partículas extremadamente calientes, o plasma, que pueden atravesar el espacio a velocidades de millones de kilómetros por hora y, en el caso del Sol, si golpean la Tierra de lleno pueden acabar con los satélites y dañar gravemente las redes eléctricas.

El equipo encabezado por Kosume Namekata del Observatorio Astronómico Nacional de Japón observó Ek Draconis una estrella que parece una versión joven de nuestro Sol.

En abril de hace un año individuaron la expulsión de una nube de plasma con una masa de trillones de kilogramos, más de diez veces mayor que la eyección de masa coronal más potente registrada de una estrella similar al Sol.

El equipo indicó que este suceso puede servir como advertencia de lo peligroso que puede ser el clima en el espacio, pues este tipo de eyección de gran masa “podría, teóricamente, ocurrir también en nuestro Sol”, dijo Yuta Notsu, de la Universidad de Colorado en Boulder (EE.UU) y miembro del equipo.

Su observación puede ayudar además a “entender mejor cómo eventos similares pueden haber afectado a la Tierra e incluso a Marte durante miles de millones de años”.

Investigaciones recientes sugieren que esa secuencia de eventos puede ser relativamente tranquila en el Sol, “al menos hasta donde los científicos han observado”, aunque en teoría una superllamarada de ese tipo podría producirse, pero quizás cada varios miles de años, según un comunicado de la Universidad de Colorado.

El equipo se preguntó si una superllamarada provoca también una supereyección de masa coronal y para ello observaron a EK Draconis, que tiene un tamaño similar al Sol, pero es miles de años más joven.

En abril de 2020, observaron cómo la estrella expulsaba una superllamarada enorme y unos 30 minutos después vieron lo que parecía ser una eyección de masa coronal que se alejaba de la superficie de la estrella.

Notsu señaló que esas enormes eyecciones de masa pueden haber sido mucho más comunes en los primeros años del Sistema Solar y podrían haber contribuido a dar a planetas como la Tierra y Marte el aspecto que tienen hoy.

“La actual atmósfera de Marte es muy fina en comparación con la de la Tierra”, dijo Notsu, aunque los científicos creen que en el pasado era mucho más gruesa, por lo que las eyecciones de masa coronal pueden ayudar a entender lo que le ocurrió a ese planeta durante miles de millones de años.

EFE