Ara Malikian vuelve a la infancia con su nuevo disco “Ara”

El violinista Ara Malikian presentó este jueves en Nueva York su nuevo disco, “Ara”, y la gira mundial en la que mostrará este trabajo, que para él es como regresar a la infancia, “a la fantasía, la imaginación, la creatividad y la locura que perdemos cuando crecemos”.

En declaraciones a Efe en una sala del mítico Carnegie Hall de Nueva York, donde la gira recalará el 17 de marzo (antes de ir al día siguiente a The Filmore, en Miami), Malikian contó que el disco surgió de la experiencia de pasar muchas horas junto a su hijo de 7 años en el largo año del confinamiento.

“De hacer 120 conciertos anuales, pasarme los días en aviones y trenes y de ver muy poco a mi hijo, pasé de repente a estar las 24 horas del día con él y me di cuenta de que estaba perdiéndome su mundo de fantasía e imaginación”, relata.

“Y así, redescubrí mi propia infancia: ¿por qué no tengo yo ahora la cabeza de hace 40 años?, me pregunté, y sentí envidia de esa libertad, de la manera en que piensa un niño sin complejos ni problemas, para él todo es posible, su imaginación no tiene límites”, continúa.

El reto era traducir todas esas sensaciones a la música, “y seguro que me quedé corto”, bromea al comentar las canciones de este disco que tienen títulos tan gráficos como “Cosquillas a un mimo”, “Calamar Robótico”, “Niño Rata” y “Kalachnikov de agua”.

El reconocido violinista recuerda su propia infancia, que pasó en el Líbano, un país sumido en una larga guerra civil que comenzó cuando él tenía 6 años y que lo obligó también  a otro confinamiento, el que imponen las guerras, pues las calles se vuelven lugares peligrosos para un niño.

Cuenta que en lugar de jugar, se pasaba “horas y horas aprendiendo a tocar el violín” por imposición de su padre, algo que ahora le agradece “eternamente”, pero no olvida lo que significó: “No tuve una niñez normal, no recuerdo haber tenido niñez”.

¿Es el disco entonces un rescate de aquella infancia que no tuvo? “Pues mira, no lo había pensado, pero tienes razón”, dice Malikian, quien se promete no forzar jamás a su hijo, “que viva como quiera”.

UN DISCO MENOS CLÁSICO Y MÁS CERCANO AL JAZZ

Ara Malikian (Beirut, 1968) se siente heredero de muchas raíces: la armenia (sus ancestros son armenios exiliados en Líbano), la árabe, la mediterránea, la española… tanto que cuando compone dice que se deja llevar sin saber qué resultará. En esta ocasión, cree que le ha salido un disco “más cercano al jazz, sin ser jazz”, y en todo caso menos clásico que el anterior al incorporar un quinteto.

Una influencia claramente rastreable en toda su carrera es la zíngara, la de los gitanos de Centroeuropa, -“normal, el violín es el instrumento por excelencia de la música bohemia, y gran parte de lo que hago tiene que ver con eso”-, pero su llegada a España hace ahora 20 años trajo aires nuevos a sus composiciones.

“España me ha influido muchísimo: tiene su parte occidental, tiene el flamenco, que yo descubrí verdaderamente al llegar allí, tiene las músicas mediterráneas y tiene algo que no encuentras en ningún otro país: el puente a las músicas latinoamericanas”, razona.

“Para mí eso ha sido trascendental: encontré todo lo que buscaba”, explica.

Todas esas identidades múltiples no parecen dolerle ni suponerle ningún trauma, al contrario, habla de ellas con alegría: “Empiezo un tema con guiños árabes y acaba siendo blues, no sé, es lo que siento en cada momento. También personalmente siento cierto despiste: no me considero de ningún lado, o tal vez soy de muchos, pues igual mi música, que tiene muchas raíces o inspiraciones.

La gira del violinista, que también se llamará “Ara” como el mismo disco, debutará en el Teatro Real de Madrid el 28 de diciembre y ya tiene conciertos confirmados en Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Asia. Tras el parón obligado de la pandemia, el músico dice estar “muy ilusionado y esperanzado” de poder volver a los escenarios.

EFE