El papa Francisco pidió hoy una política común en materia de migración para una Europa “desgarrada por egoísmos nacionalistas”, durante su discurso a las autoridades locales en el primer día de su viaje a Grecia.
El papa llegó hoy a Atenas procedente de Chipre, donde ya afrontó el drama de la migración, y en su primer discurso tras reunirse con la presidenta, Katerina Sakelaropulu y el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, volvió a afrontar el tema.
Recordó que este país, “caracterizado por la acogida, ha visto llegar a algunas de sus islas un número mayor de hermanos y hermanas migrantes que el de los mismos habitantes, aumentando de ese modo los problemas; que todavía se ven afectados por las dificultades que trajo consigo la crisis económica”.
Pero también subrayó como “las demoras europeas perduran”; y criticó que “la Comunidad Europea, desgarrada por egoísmos nacionalistas; más que ser un tren de solidaridad, algunas veces se muestra bloqueada y sin coordinación”.
Ante ello, exhortó “a una visión de conjunto, comunitaria, ante la cuestión migratoria, y animar a que se dirija la atención a los más necesitados para que, según las posibilidades de cada país, sean acogidos, protegidos, promovidos e integrados en el pleno respeto de sus derechos humanos y de su dignidad” .
Francisco afirmó que a aquellos se ven forzados a huir en busca de un hogar y de esperanza; y que son cada vez más numerosos “son los protagonistas de una terrible odisea moderna” como la del homérico Ulises.
El papa viajará mañana a la isla de Lesbos; para volver a poner el foco en el drama de la migración cinco años después de su primer viaje; cuando visitó el campo de refugiados de la isla en plena crisis migratoria; y aunque la situación ha mejorado en el actual centro viven aún 2.500 personas.