El Gobierno de Japón activó hoy un nuevo paquete de recuperación económica por valor de 55,7 billones de yenes (unos 429.000 millones de euros), el mayor hasta la fecha puesto en marcha en el país y dirigido a superar el impacto de la pandemia.
El plan es la primera medida de peso que toma el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, que lleva en el cargo desde principios de octubre y recibió el respaldo popular para alargar su mandato en las elecciones generales celebradas a finales de ese mes.
La decisión de hoy se suma a varias rondas de estímulos multimillonarios aprobados por el Ejecutivo nipón desde el inicio e la pandemia, y llega en un momento en que Japón registra números mínimos de contagios de covid-19 aunque con su economía todavía renqueante por el impacto de la crisis sanitaria.
MEDIDAS DE CRECIMIENTO Y REDISTRIBUCIÓN
Kishida afirmó que el plan aprobado «con urgencia» está destinado a «reconstruir la economía golpeada por la pandemia y devolverla a la senda del crecimiento lo antes posible», en declaraciones durante la reunión de su Gabinete recogidas por los medios locales.
Los nuevos estímulos aspiran a impulsar el producto interior bruto (PIB) nacional en un 5,6 %, según Kishida, quien destacó que se incluyen medidas dirigidas tanto a fomentar el crecimiento económico como una redistribución de la riqueza, en línea con la idea de «nuevo capitalismo» que quiere promover.
Entre estas iniciativas destaca la entrega de 100.000 yenes (765 euros) a las personas con menores ingresos y de una cantidad similar a las familias por cada hijo menor de 18 años, con vistas a apoyar el consumo de productos básicos y los gastos en educación.
También habrá fondos para reactivar la campaña de turismo doméstico «Go To Travel», consistente en subsidios para las empresas del sector y descuentos para los viajeros, y dirigida a compensar la reducción de desplazamientos internos y el cierre de fronteras durante la pandemia.
Otra de las medidas clave serán las subidas salariales para el personal de algunos de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, como los empleados sanitarios, de residencias de ancianos y de guarderías, y cuyos sueldos se consideran insuficientes en comparación con otras industrias.
Tras atravesar en agosto su peor ola de contagios de covid-19 hasta la fecha; Japón viene registrando un descenso sostenido de las infecciones hasta situarse los casos diarios en torno a los 200 en todo el país durante los últimos días, y cuenta con un 75,8 % de su población plenamente vacunada.
MÁS ENDEUDAMIENTO PARA JAPÓN
La nueva ronda de estímulos ha sido bien acogida por los inversores de la Bolsa de Tokio;que cerró hoy con una ganancia del 0,5 % de su principal indicador; el Nikkei, aunque también ha generado dudas y críticas por parte de expertos debido a su falta de puntos concretos dirigidos a mejorar la competitividad de la economía nacional.
El plan incluye un controvertido sistema de subsidios para las distribuidoras de petróleo; concebido para evitar que el encarecimiento del crudo repercuta en empresas y particulares; pero que viene a confirmar la alta dependencia de los combustibles fósiles en el país y podría mermar su transición hacia energías limpias.
Otros 500.000 millones de yenes (3.855 millones de euros) se destinarán; a inversiones en sectores considerados estratégicos, como el de los semiconductores o la inteligencia artificial; y parte de los cuales financiarán la construcción en Japón de una planta de microchips conjunta de Sony y de la firma taiwanesa TSMC.
La partida también comprende 700.000 millones de yenes (5.397 millones de euros); dedicados a equipamiento de seguridad y defensa en un momento de tensiones crecientes en el Pacífico; debido al incremento de las actividades militares chinas.
La financiación del plan se repartirá entre un presupuesto suplementario de este año pendiente de aprobación y la partida para el próximo ejercicio; y conllevará la emisión de más bonos de deuda pública; según anunció el Ejecutivo.
Esto incrementará el endeudamiento público de la tercera economía mundial; que en el ejercicio en curso se sitúa ya por encima del 260 % del PIB; el mayor porcentaje entre países desarrollados, según los datos oficiales.
El PIB nipón, por su parte; se contrajo un 0,8 % interanual en el tercer trimestre del año; aunque el Banco de Japón prevé que la economía nacional se expandirá un 3,4 % en el ejercicio en curso.