La luz de las grandes ciudades no sólo confunde a los insectos: también está provocando que desaparezcan rápidamente.
Desde la región de la Baja Franconia y hasta la Alta Baviera, el equipo colocó 179 trampas distinguiendo entre áreas seminaturales, campos agrícolas o regiones urbanas, con el fin de atrapar insectos de toda clase. Después de vaciar periódicamente las trampas y analizar cada una de las especies de insectos capturados y su biomasa, el equipo contrastó el entorno donde fueron atrapados.
Además del uso de la tierra para grandes extensiones de monocultivos, el uso de insecticidas y el aumento de la temperatura global derivado del cambio climático, un equipo de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg (JMU) atribuye otro fenómeno decisivo a la contaminación lumínica de las grandes ciudades.
