Los organismos financieros internacionales están dispuestos a retomar las negociaciones con Túnez, paralizadas por la crisis sanitaria, a condición de que el Estado tenga una visión económica “clara y precisa”, reveló este lunes el gobernador del Banco Central Tunecino, Marouane Abbasi.
“Ya sea a nivel bilateral como en el marco de colaboración con organismos financieros internacionales, los proveedores y socios han confirmado su disponibilidad para responder a las demandas de nuestro país siempre y cuando tenga una visión clara y precisa”, declaró el responsable en un encuentro con el presidente de la República, Kais Said.
Pese a la situación “delicada” provocada por la caída del 9% del PIB nacional; destacó el responsable; el BCT mantiene su previsión de crecimiento en torno al 3%, por lo que calificó de “valiente” la actitud de una gran parte de los actores locales durante la crisis sanitaria.
Asimismo prevé para su próxima etapa una mejora en la mayoría de los indicadores económicos que ya comienza a percibirse progresivamente en importantes sectores como la industria minera; el turismo y las exportaciones.
“Dentro de poco retomaremos las negociaciones y concertaciones con las diferentes instituciones financieras mundiales, principalmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras una suspensión ligada a la crisis de la COVID-19”; anunció Abassi.
Por su parte, el mandatario insistió sobre la necesidad de tranquilizar a los ciudadanos y optar por una política de austeridad pública; acorde con la realidad tunecina; para evitar los gastos innecesarios que emanan principalmente de las importaciones.
Túnez
En este sentido, Said defendió el objetivo de poder contar con los propios recursos del Estado “antes que nada; y con una cooperación internacional al servicio de las necesidades de Túnez y de sus decisiones soberanas”.
La pasada semana el jefe del Estado ordenó realizar una auditoría “detallada” de todos los créditos y donaciones recibidos en la última década con el fin de devolver a la ciudadanía el dinero público evadido por la corrupción que gangrena el país.
En el marco de la lucha contra la corrupción; su principal caballo de batalla, el dignatario propone una amnistía fiscal que podría beneficiar a un total de 460 empresarios- a los que se les acusa de haber evadido hasta 4.000 millones de euros durante la dictadura- a cambio de invertir en proyectos públicos.
El Banco Central Tunecino alerta desde hace meses del déficit de las arcas públicas y la urgencia de retomar las negociaciones con el FMI; con el que el Estado pretende cerrar un acuerdo- el cuarto durante la última década- por valor de 3.300 millones de euros. Sin embargo; a principios de octubre la agencia calificadora de riesgos Moody’s rebajó por segunda vez en este año su nota soberana de B3 a Caa1.
Desde que el pasado 25 de julio el presidente decretase el Estado de excepción- que incluyó el cese del primer; Ministro y la suspensión de la Asamblea de manera indefinida- se ha hecho con plenos poderes y ha declarado la guerra a la oligarquía política y financiera que controla los recursos del país; a la que acusa de desviar el proceso democrático iniciado una década antes.
