Saura se mete en la música de México en “El rey de todo el mundo”

A sus casi 90 años, que cumplirá el próximo 4 de enero, el director y guionista español Carlos Saura estrena este viernes una nueva película, “El rey de todo el mundo”, un recorrido por la historia y la tradición de México a través de un musical realizado en clave vanguardista.

Saura
FOTO: REFERENCIAL

Una nueva cinta fruto de una vocación y un empeño para el que de momento no vislumbra un final: “Aquí sigo”, advirtió en Valladolid (centro).

“Tengo casi 90 años, siete hijos, me dicen que he hecho cincuenta películas, yo creo que alguna menos, y sigo trabajando, dando vueltas a la cabeza. Enciendo la luz, miro hacia adentro y trato de mejorar en todos los aspectos”, reflexionó Saura (Huesca, España, 1932) después de estrenar su nueva película.

Fue durante la última jornada de proyecciones de la 66ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en la que presentó fuera de concurso “El rey de todo el mundo”, un nuevo capítulo de su vocación de análisis e investigación musicales a través del folclore que inició en 1981 con “Bodas de sangre” y que, después de recorrer España, recala ahora en México.

“La música de México me ha gustado de toda la vida, con Jorge Negrete y Los Panchos… y cuando estuve allí rodando ‘Antonieta’ me traje cantidad de música y el deseo de hacer una película sobre ella”, detalló durante una rueda de prensa.

Con la participación de Vittorio Storaro en la dirección de fotografía, Saura se ha sumergido en la historia musical de México desde la época precolombina hasta la independencia y la sociedad actual, a través de una ficción que combina pasión y ternura, dolor y tensión, violencia y drama.

Rancheras, boleros y otros

El realizador ha combinado todos esos elementos a través de música y bailes temperamentales con una puesta en escena vanguardista pero de claras resonancias folclóricas a través de la ranchera, el corrido, el bolero y el huapanago, entre otros aires con reminiscencias precolombinas, coloniales y mestizas.

“Ha sido una experiencia nueva; diferente y magnífica, una aventura hacia lo desconocido en la que muchas cosas han sido improvisadas, que es lo que más me gusta”; comentó Saura durante su comparecencia ante los medios informativos, que ha compartido con Storaro y la actriz Eulalia Ramón.

A esa improvisación se refirió Storaro al desvelar cómo lejos de explicarle el relato, Carlos Saura le mostraba una serie de dibujos que daban paso a una narración “que por sí sola iba marcando los ritmos, luego los bailes y su reflejo a través de la cámara dentro de un trabajo continuado que se va integrando”.

Con la participación de la Universidad de Guadalajara y del Estado de Jalisco; “El rey de todo el mundo” radiografía el temperamento de México a través de la música y con alusiones al pasado como hace con “La marcha de la humanidad”; un fragmento del inmenso mural que pintó David Alfonso Siqueiros y se encuentra en Ciudad de México como alegoría de las principales virtudes del pueblo mexicano.

He tratado de hacer siempre lo que me gustaba

Jovial, distendido y satisfecho, un locuaz y divertido Carlos Saura sintetizó en una frase seis décadas de trayectoria, desde su debut en el largometraje (“Los golfos”, 1960) hasta esta última entrega: “Es algo muy sencillo. He hecho más de cuarenta películas, me dicen que cincuenta pero yo no lo creo, y siempre he tratado de hacer lo que me gustaba”.

Cineasta, guionista; fotógrafo y dibujante, apasionado del arte en todas sus vertientes, a Saura le pesa no haber sido un intérprete musical como lo fue su madre; pianista: “la música es una de mis grandes tragedias”, ha declarado.

Durante su comparecencia ante los medios informativos se ha referido a la cinematografía como “un arte total”, compendio de otras manifestaciones artísticas.

“He hecho ópera, teatro, documentales, ficción y musicales. El cine lo reúne todo: música, fotografía, historia, escenografía, interpretación…”, ha reflexionado quien sigue haciendo fotografías y dibujando “entre plano y plano” mientras trabaja en los rodajes.

Vittorio Storaro, su director de fotografía en “El rey de todo el mundo”; se ha declarado deudo de la maestría de Carlos Saura por haberle enseñado “el significado de la palabra arte” en este y en otros filmes anteriores; también de índole musical.

“Entendí la luz con Bertolucci; la necesidad de dar emoción y color me vino de Francis Ford Coppola; con Warren Beatty aprendí a utilizar la luz para moldear la vida; y el estímulo vital me vino de la mano de Carlos Saura”; ha resumido Storaro su trayectoria con cuatro de los directores que más le han marcado.

EFE