Cocemos las espinacas en agua con sal. Las escurrimos muy bien y las apartamos. En una cazuela, cortamos la cebolla muy finito y la doramos con un poco de mantequilla.
Tostamos la harina y añadimos la leche hasta formar una bechamel sin grumos (podéis pasarlo por la batidora si no os queréis encontrar la cebolla, a mí me gusta así tal cual).
Volvemos a escurrir muy bien las espinacas y las incorporamos a la bechamel junto con las nueces. Podéis rallar un poquito de queso para darle aún más sabor, pero esto es opcional.
Espolvoreamos pimienta negra y rectificamos de sal. Dejamos enfriar la masa al menos 3 horas.
Hacemos la forma de las croquetas y las pasamos por pan rallado integral. Las ponemos en una bandeja de horno y las dejamos unos 25-30 minutos a 200 grados, vigilando que no se quemen.
INGREDIENTES:
– 150 gramos de espinacas congeladas
– 1/2 cebolla
– Un puñado de nueces
– Nuez de mantequilla
– 250 ml de leche
– 3 cucharadas rasas de harina de avena
– Pimienta negra
– Sal
– Agua
– Pan rallado integral
BENEFICIOS DE LA ESPINACA
La espinaca es una de las hortalizas de hoja verde más populares. Contiene vitaminas y antioxidantes esenciales como la vitamina A, B1, K, C, E.
La vitamina A presente en la espinaca ayuda a regular la producción de aceites en el cabello. También ayuda a hidratar el cabello y la piel.
La vitamina C es esencial en la producción de colágeno, que es beneficioso para la formación del cabello y su crecimiento.