La Iglesia le abre las puertas a la tecnología

Curas ”streamers” con millones de seguidores en redes sociales, misas que se retransmiten por Youtube y aplicaciones para enviar limosnas a través del móvil en vez de depositarlas en el cepillo. La Iglesia no se queda atrás en el uso de la tecnología para mejorar su relación con los fieles.

La Iglesia le abre las puertas a la tecnología
Foto: Referencial

Un ejemplo es el padre Daniel Pajuelo, más conocido en la red como ”smdani”, el nombre de su canal de Youtube con más de 1,2 millones de suscriptores. En él, Pajuelo rapea e invita a famosos a hablar con respeto sobre religión en un intento de dar cabida también al cristianismo en las redes.

”Quizá pueda sorprender, pero la Iglesia es de las entidades que más rápido se ha digitalizado porque siempre ha sido puntera en el uso de tecnología”, dice Juan Borrego, director de Comunica+, una empresa de desarrollo tecnológico con amplia experiencia en el sector religioso. Los circuitos de TV cerrada para retransmitir la misa ya se utilizaban antes de Youtube, mientras que en el primer boom de internet hubo un gran desarrollo de páginas web religiosas, comenta.

”Es cierto que en los últimos años había habido un pequeño rezago tecnológico, pero rápidamente han vuelto a actualizar su presencia en internet, sobre todo con las redes sociales”, dice Borrego. El Vaticano tiene una organización jerárquica y rígida.

Sin embargo, la estructura descentralizada que tiene la Iglesia hace que sus conferencias episcopales, diócesis y congregaciones gocen de mayor libertad para poder experimentar con la tecnología. ”Las conferencias episcopales son órganos de coordinación, pero cada diócesis es autónoma”, aclara.

En la parroquia de San Antón en Madrid, por ejemplo, es posible confesarse a través de una tableta o seguir la misa por internet, mientras que en la Catedral de Almudena se puede dejar una limosna mediante un pago con tarjeta. La mayoría de las diócesis o congregaciones cuentan con sus departamentos de comunicación para mantener a los fieles informados.   

RECAUDACIÓN DE LIMOSNAS VÍA APP

Las parroquias en Francia, Bélgica y Suiza pueden recaudar la limosna de la misa dominical a través de La Quête, una aplicación que en lo que va de año ha recolectado 1,25 millones de euros. ”En una encuesta, nuestros usuarios dijeron que de media donaban un 37% más cuando usan la app que con el efectivo”, dice Romain Husson co-fundador de Obole, una startup que creó La Quête en 2016.

Según Husson, los feligreses franceses suelen dar una limosna que ronda entre 1 y 2 euros. Sin embargo, cada donación en su app suele rondar los 8 euros. El análisis de datos es otra ventaja que las iglesias encuentran a la hora de usar este tipo de sistemas. Hasta ahora, las parroquias no contaban con ningún mecanismo que les permitiera contar con información exacta para analizar los resultados de las colectas. La Quête tiene actualmente cerca de 40.000 usuarios.

IMPACTO DEL COVID

Al igual que ha ocurrido con todos los sectores, el confinamiento y las mediad de distancia social decretadas tras la expansión del Covid-19 han dado un impulso en el proceso digitalizador de la Iglesia. Ante la dificultad de ir a misa o acudir a confesarse; muchas parroquias se han sumado a la ola tecnológica para dar de manera virtual los servicios que normalmente ofrecen en persona.

 ”Hemos observado un incremento en el uso de la aplicación durante el Covid-19”¸ dice Husson; quien matiza que el crecimiento en número de descargas de La Quête ha estado en línea con lo experimentado en los años anteriores de la pandemia. ”En cambio, el virus sí que ha fomentado un mayor impacto en el uso de la aplicación: frecuencia de uso y donación media”, comenta. Durante el periodo de confinamiento, la donación media a través de la app subió hasta los 15 euros.

”La pandemia ha dado un impulso importante a la digitalización”, dice Borrego. En su opinión, muchos sacerdotes y congregaciones religiosas a raíz del virus se han lanzado a descubrir las redes sociales; un campo donde muchos han cosechado un gran número de seguidores en revolucionarias aplicaciones como TikTok. Un ejemplo es Xiskya Valladares, quien tiene más de 446.200 seguidores en TikTok; la red social dirigida al público más joven y que más creció durante el confinamiento.

TIKTOK TAMBIÉN SE CONVIRTIÓ EN UN ALTAR DIGITAL

Otro religioso que también arrasa en esa red social es el padre Damián, con 568.800 seguidores. Entre otros temas, Damián aborda asuntos como si se debería convocar un nuevo concilio; o si hay espacio para el libre pensamiento dentro de la Iglesia. Con música y un toque de humor, solventa muchas de las dudas que le envían sus jóvenes seguidores. De acuerdo con los datos de Comscore en EE.UU., casi el 60% de los usuarios de TikTok tienen entre 10 y 29 años.

La frivolidad de las redes sociales, sin embargo; es uno de los mayores retos que enfrentan estos curas tecnológicos; ya que el tono puede hacer que sea complicado abordar temas como sexo o drogas. Pero ese desafío también es una oportunidad para comunicarse con un público que probablemente nunca acudiría a confesarse o a misa los domingos. ”Con su voz propia, Damián y otros están consiguiendo normalizar muchas cosas; además de entablar relación con un público que de otra manera no llegaría a establecer contacto”, dice Borrego, de Comunica+.

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