El conferencista mexicano Daniel Habif vuelve a «aventarse de un acantilado» con «Las trampas del miedo», su segundo libro con el que brinda «un arsenal de armas para la mente y el corazón» para desenmarañar uno de los sentimientos primigenios del hombre, el miedo, según cuenta este martes a Efe.
La frase «enfrenta tus miedos» no es suficiente para el escritor de 38 años nacido en Mazatlán, Sinaloa.
«Hay que puntualizar en el centenar o millar de miedos e intensidades que existen», dice el autor, quien comenzó el proyecto luego de haber identificado los miedos más comunes que él había experimentado.
Considerado uno de los conferencistas más exitosos de Latinoamérica al contar con más de siete millones de seguidores en Instagram y más de 250 millones de visualizaciones en sus videos de Youtube, Habif confiesa que para él escribir es una práctica tortuosa, y sin más confiesa: «Si fuera por mí no escribiría nada, la neta (la verdad)».
«Para mí escribir es difícil, no es algo que disfruto tanto porque a veces es algo doloroso y no puedo explicarlo del todo, pero cuando escribes las emociones que te cautivan estas desaparecen, y a veces uno tiene que decidir entre escribir sobre el amor o sentirlo», cuenta Habif.
El escritor ha tenido que equilibrar este tipo de procesos cuando se trata de sus emociones, ya sea positivas o negativas, pero también explica que es el impacto que han tenido sus palabras en la vida de los demás, lo que lo impulsa a seguir.
Por eso no ha parado de escribir y en puerta tiene otra obra, «Los capitanes se hacen la tormenta», el libro más personal que ha escrito y que presume sería su incursión en el género de la novela.
UN MONSTRUO DE MIL CABEZAS
El miedo es para Habif un misterio, «el monstruo de mil cabezas» que hay que desmantelar y en «Las trampas del miedo», lo hace a partir de tres ejes de intelecto.
La aproximación biológica, que describe como un «acercamiento salvaje a la neurobiología del sistema nervioso», con sustento científico que permite conocer «la maravilla de la mente»; el psicológico, que brinda al lector herramientas, y las estrategias para actuar frente al miedo y el espiritual.
«El libro invita a vivir en un balance, a desmantelar aquellos miedos que te paralizan, a utilizar los que te provocan, los que te inspiran y diferenciarlos, intervenirlos y usarlos a tu favor. Ayuda a aprender a colocar tus convicciones por encima de tus emociones», explica Habif.
Al hacer una reflexión de sus trabajos, Daniel asegura que existe «un salto cuántico» de su primer libro a este, pero que sin perder la esencia y la escritura simple, «mantienen la misma línea y van de forma paralela», comenta.
REGRESO A LOS ESCENARIOS
Hace una semana, Habif revivió la emoción de pararse de nuevo frente a un escenario, lugar que lo mantiene vivo y en donde con un micrófono y unas cuantas diapositivas puede mantener la mirada de miles de personas enfocada en él por más de tres horas seguidas.
El encierro que trajo la pandemia fue duro para Daniel, pues considera insustituible el poder de la vinculación humana que se alcanza presencialmente.
Por eso tuvo que rechazar muchas propuestas de conferencias en línea al no sentirse identificado y cómodo con el formato.
«Cuando tus talentos no son utilizados se empiezan a marchitar, y lo mío empezó a marchitarse, Anyha (su esposa) me vio cientos de veces llorar de decir, extraño hacer esto, no sé vivir de otra forma que no sea hacer esto», apunta.
Esto lo impulsó a sacar sus talentos escondidos y ahora celebra que pronto tendrá una gira de más de 100 fechas por Estados Unidos, que lo convertirá en el primer conferencista mexicano en presentarse en el Radio City Music Hall de Nueva York, para después tomar su rumbo a México, Latinoamérica y Europa.
Considerado un líder o «influencer», Habif no disfruta de etiquetarse a sí mismo, deja que el mundo lo llame como quiera hacerlo pero sí se considera un «eterno aprendiz».
«Me gusta usar todos mis talentos y dones y no ser insensato con la vida que se me entregó, me gusta ser un buen mayordomo. Quiero poner mi vida y mis talentos al servicio de los demás para generar valor y significado. Al final de mi vida quiero decir: ‘fui todo lo que quise ser'», finaliza.