El Gobierno portugués del socialista António Costa tiene dos días para negociar y evitar unas elecciones anticipadas, ya que, si el martes sus socios de la izquierda votan en contra de los Presupuestos Generales 2022, el país estará abocado a unas elecciones anticipadas que convocaría el presidente luso.
La crisis se ha abierto entre el Partido Socialista y los dos socios que tuvo la pasada legislatura, Bloque Izquierda (BE) y Partido Comunista Portugués (PCP), que en 2019 le apoyaron para que formase gobierno en minoría, ya que el PS tiene 108 de los 230 diputados.
El BE, con 18 diputados, ya rechazó los presupuestos de 2021, que salieron adelante con la abstención de los 12 diputados del PCP, pero los de 2022 se han estancando y el martes será la votación final en la Asamblea lusa.
Si la aritmética dijera que hay más diputados que votan en contra de los presupuestos, el país estaría abocado a unas elecciones anticipadas, a tenor de las advertencias que en los últimos días ha dejado el jefe del Estado portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.
En las últimas horas, Sousa ha intensificado su discurso para que los partidos de izquierda, que entre 2015 y 2019 formaron la afamada “geringonça”; se pongan de acuerdo y advertía que un pacto ahorraría “muchos costes, muchos problemas y algunas preocupaciones”.
El presidente luso ha recordado que estos presupuestos son especialmente relevantes; ya que entre el ejercicio en curso y 2022 Portugal recibirá una inyección de 9.700 millones de euros; del Fondo de Recuperación de la Unión Europea (UE).
El BE se reunirá este domingo y su Comisión Política propondrá a la Mesa Nacional del partido el voto en contra de los Presupuestos Generales.
Por su parte, el PCP aún no se ha pronunciado tras la última reunión que mantuvo ayer su líder; Jerónimo de Sousa, con el primer ministro António Costa.
Para mañana lunes, Sousa tiene marcada una rueda de prensa en Lisboa en la que podría desvelar la decisión del comité central del partido; que se reunirá a lo largo de la jornada de este domingo.
Lo que sí está claro es que los 79 diputados del principal partido de la oposición, el PSD (centroderecha); votarán en contra, como ya anunció su líder, Rui Rio.
