Avistan a una beluga solitaria en las costas de Seattle, la primera desde 1940

A más de 2,400 kilómetros de su hogar, una beluga apareció en las costas de Seattle y sorprendió a conservacionistas y biólogos.

Beluga whale, Somerset Island, Canadian High Arctic.

Las belugas (Delphinapterus leucas) son animales altamente sociales y sus habilidades de comunicación se consideran entre las más avanzadas del reino animal: en cada etapa de su vida, suelen estar acompañadas de una manada que se compone desde dos y hasta una veintena de miembros, comúnmente separados por edad y sexo durante la migración.

Esta especie se extiende por todo el Ártico y algunas regiones subárticas; sin embargo, su aparición en latitudes más australes es insólita. De ahí que el avistamiento de un ejemplar solitario frente a las costas de Seattle, en el Estrecho de Puget, llamara la atención de biólogos y conservacionistas.

Howard Garrett, cofundador de la asociación Orca Network que se encarga de la conservación de las ballenas en Puget Sound, explicó a Live Science que la población de belugas más cercana a Seattle radicaba en Cook Inlet, Alaska, a unos 2,400 kilómetros de distancia.

El primer avistamiento ocurrió el 3 de octubre, cuando la beluga fue vista cerca de Tacoma, al sur de Seattle. En los días siguientes, el ejemplar fue captado en distintas ocasiones en el estrecho frente a Seattle.

Las belugas no son los nadadores más rápidos de su clase, pero poseen una capacidad pulmonar sobresaliente: aunque se desplazan a una velocidad promedio de entre 3 y 9 kilómetros por hora, pueden sumergirse durante 25 minutos y alcanzar hasta 700 metros de profundidad o bien, adaptarse y nadar en aguas poco profundas cerca de las costas.

Algunas poblaciones conocidas migran estacionalmente en busca de aguas más cálidas en el verano, hacia estuarios a los que regresan año tras año y frecuentan durante toda su vida.

También son conocidas por sus vocalizaciones sofisticadas: las belugas son capaces de combinar sonidos de toda clase y son expertas en imitar otros. Cada manada comparte un sistema de sonidos específico que transmite de generación en generación y se considera el más parlanchín de los cetáceos.

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