Niñas quedan fuera de agenda y se agrava violación de sus DD.HH.

La realidad de las niñas en América Latina y el Caribe «está empeorando». La problemática de violencia de género, embarazos tempranos y matrimonios forzados que enfrentan se perpetúa porque hay «una falta de interés en el tema de la niñez», lo que alimenta la «impunidad», alertó la directora regional de la ONG global Plan International, Débora Cóbar.

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FOTO: REFERENCIAL

«Los niños y las niñas no votan y eso ha sido a veces una dificultad para posicionar estos problemas (de la niñez) en las agendas políticas. Por eso no se prioriza, incluso, el conocer qué les está sucediendo en realidad», dijo Cóbar, guatemalteca y médica de profesión, en una entrevista con Efe en el marco del Día Internacional de la Niña.

Es así que en América Latina y el Caribe los datos y la documentación sobre los problemas más acuciantes que enfrentan las niñas —violencia, embarazos y matrimonios forzados— son insuficientes. Esto impide visualizar con claridad su situación, diseñar proyectos y programas para protegerlas, y desvanece la posibilidad de un castigo para los agresores.

En la región «hay mucha impunidad cuando se dan violaciones, en general, de derechos humanos. La respuesta es bastante baja cuando se trata de mujeres, y no digamos ya (cuando se trata) de niños y niñas. Y esto lo hace aún más grave, porque si no hay consecuencias, es como dar mano libre» para que siga ocurriendo, afirmó Cóbar.

Las deficiencias de los datos regionales

En este contexto, Plan International creó un Observatorio Regional y construyó el «Semáforo de Accesibilidad a datos», una fotografía del estado de la información sobre la realidad de las niñas en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana, que ha revelado «carencias importantes» en la materia.

Entre las deficiencias identificadas en la documentación oficial está «que no desagregan los datos por género, por edad. Hay mucha diferencia si una niña de 9 años da a luz o si una niña de 18 años da a luz. Es fundamental desagregar los datos», dijo Cóbar.

Los datos oficiales «no están actualizados, vienen, por ejemplo, de 2017 o 2018, no sabemos cómo está la situación actual», y los «indicadores que se utilizan en los países no son similares, lo que dificulta mucho a la hora de comparar adecuadamente», agregó la directora de Plan, una ONG global con 80 años de historia.

El Semáforo de Accesibilidad reveló que, en el caso de embarazo adolescente, solo el 50,8 % de la información está disponible al último año (2020), y 0 % está desagregada a nivel de ciudad o municipio, «lo cual es muy preocupante».

En cuanto a matrimonios y uniones forzadas, un 36,9 % de la información está disponible al último año (2019), solo el 15,4 % está desagregada por edades y 15,4 % de la información está desagregada a nivel de ciudad o municipio.

Y en lo que respecta a violencia basada en género, 51,6 % de la información está disponible al último año (2020), solo el 20 % de la está desagregada por edades y solo 30 % está desagregada a nivel de ciudad o municipio.

En el Día de la Niña, Plan International hace un llamado a los gobiernos a priorizar la mejor desagregación de la de información, no solo por sexo y edad pero también por territorio, y a que esta sea pública y accesible. De esta manera estarán contribuyendo a que se tomen las mejores decisiones que coloquen en el centro la protección y bienestar de las niñas.

Los datos no sirven si no se toman acciones

En América Latina y el Caribe «hay una falta de documentación de los casos, y cuando al final hemos logrado que se documenten – algunos países están mejores que otros – el problema es la respuesta (…) los datos no sirven si no tenemos acciones»; aseguró Cóbar.

Cuando los agentes de poder, de cualquier ámbito, quieren «llamar la atención; ser amigables» hablan de la niñez, pero cuando hay que «implementar proyectos, programas que los protejan y que les den su lugar; ahí tenemos una deficiencia muy grande»; afirmó la directora de la ONG.

Es por ello que «hay mucho por hacer para brindar entornos protectores a las niñas para que no sean víctimas de violencia; de trata, de abuso sexual; que se da en las mismas familias».

Especialmente, destacó Cóbar, «no hay que ver con normalidad que una niña esté embarazada. Eso tiene consecuencias devastadoras para el futuro de esas niñas, que van a seguir en entornos de abuso y violencia que tenemos ya que parar.

«¿Nos gustaría que alguna de nuestras hijas, nietas, sobrinas pasaran por algo así? ¿Estaríamos dispuestos a permitir que a nuestra hija de 9 años la abusaran sexualmente? Por supuesto que no. Tenemos que ponernos en los zapatos de las niñas que están viviendo estas amenazas y debemos ser defensores, y debemos indignarnos, porque es lo correcto. No vamos a cambiar el mundo si no empezamos con la niñez», afirmó la activista.

EFE