Conoce la historia del vodka

El vodka es un compuesto neutro que, tanto en el momento de la destilación como después, es tratado principalmente con carbón para obtener su característica distintiva, una ausencia casi absoluta de gusto. 

Conoce la historia del vodka
Foto: Referencial

Su nombre proviene del diminutivo de la palabra eslava voda (agua), que significaría por tanto “agüita”. Este se produce generalmente a través de la fermentación de granos y otras plantas ricas en almidón como el centeno, el trigo o la patata; aunque principalmente consta de agua y etanol. 

Su nombre proviene del diminutivo de la palabra eslava voda (agua), que significaría  “agüita”

Aunque desde siempre se atribuye el origen del vodka a Rusia, de hecho es símbolo nacional de este país, lo cierto es que su origen es muy polémico y está muy disputado con Polonia.  

El primer registro de la palabra vozka del que se tiene constancia se encuentra en el Akta Grodzkie de 1405, que recoge los documentos de la corte del Palatinado de Sandomierz en Polonia. En aquella época, la palabra wódka se refería a medicamentos y cosméticos, mientras que la bebida se denominaba gorzałka (del polaco antiguo gorzeć, “quemar”).

La palabra vodka escrita en el alfabeto cirílico data de 1533, haciendo referencia a una bebida medicinal importada de Moscovia a Polonia por mercaderes moscovitos.

Sin embargo, los primeros en elaborar esta bebida para consumo propio fueron los monjes. Ante la imposibilidad de producir vino en estos países donde la climatología es tan adversa para la uva, estos encontraron en el vodka una opción que se adaptaba más al territorio y que solo requería una materia prima barata y disponible, como cereal y patatas, y su elaboración era muy sencilla. 

Los primeros en elaborar esta bebida fueron los monjes, motivados por la imposibilidad de producir vino

El proceso consistía en una filtración simple y rápida del fermento de estos usando un filtro a base de carbón, en lugar de un caro y prolongado proceso de destilación (como se hace actualmente). El líquido purificado era después reducido, sin añejarse, hasta ser potabilizado mediante la adición de agua destilada para luego embotellarlo.

La intención, al parecer, era conseguir una concentración de alcohol tan elevada que el producto no pudiese congelarse fácilmente.

Hasta la llegada de la Emperatriz de Rusia, Caterina II, este licor era de muy baja calidad. Bajo su reinado, solicitó que el vodka pasara a producirse en las fincas de los nobles con el propósito de conseguir una mayor pureza. Años más tarde, gracias a la nueva técnica de la destilación por columna, lanzada en el mercado en el 1826 por Robert Stein y mejorada por Aeneas Coffey en el 1831, por evidentes temas de costes e instalación, el vodka empezó a ser producido exclusivamente por grandes casas. De este modo, se permitió la producción de vodkas más refinados y con una rectificación cercana a los estándares actuales. 

En cuanto a la composición actual del vodka, esta se debe realmente al inventor de la tabla periódica de los elementos, el ruso Dimitri Mendeleiev, quien descubrió que la proporción ideal de agua/alcohol para la vodka debía de ser de 40º. 

Moskovskaya Especial

En 1894 el gobierno de Rusia certificó el vodka Mendeleievskaya que recibió el nombre de Moskovskaya Especial. El estándar de 40º en ese momento, puso una gran distancia entre el vodka ruso y todas las bebidas fuertes europeas, en las cuales la cantidad de alcohol no sobrepasaba esa graduación.

Sin embargo, la expansión de su comercialización conoció su auge al final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se vendieron los derechos de Smirnoff a Estados Unidos en 1938; este líquido incoloro e inodoro era poco atractivo para los consumidores norteamericanos, acostumbrados al whisky que había florecido después de la época de Prohibición. Hizo falta el ingenio de John G. Martin, un ejecutivo de la compañía de bebidas Heublein, para lanzar la invasión del vodka.

Una serie de juegos de marketing inteligentes, que incluyó el cambio de marca de Smirnoff; culminó con la creación del famoso Moscow Mule; una bebida que encarna el espíritu del vodka: fresco, seco y picante. Esto posibilitó la llegada del vodka a Occidente y ayudó a lanzar una revolución de cócteles que barrería América.

El vodka que se comenzó a exportar fue el blanco o neutro, el más común y primitivo hasta el día de hoy. Sin embargo, luego se empezó a producir con saborizantes, medida que surgió como una alternativa para reducir el fuerte sabor y aroma alcohólico del neutro.  

Algunos de los ingredientes que se agregaron a las mezclas de vodka caseras incluyeron sabores de pimiento rojo, jengibre y frutas. Con el tiempo, el vodka saborizado se ha convertido en una parte importante de la producción mundial con productos muy variados; desde fruta hasta canela, jalapeño y más.

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