Al cumplirse tres días de la implementación de la reconversión monetaria, en la ciudad de La Victoria, municipio Ribas, tanto comerciantes como compradores continuaron el proceso de adaptarse a vivir con seis ceros menos.
Y es que para nadie es un secreto que la puesta en marcha de esta nueva modalidad de bolívar digital impactaría la cotidianeidad, no sólo de compradores, sino también de los vendedores de bienes y prestadores de servicios.
En este sentido, en el recorrido también se logró evidenciar que varios de los establecimientos abiertos no exhibían las cifras bajo la nueva expresión, lo que causó confusión en más de un ciudadano.
“Tengo rato caminando el centro y de verdad, hay quienes si tienen los habladores con los precios de las dos formas, pero hay muchos que todavía están expresando los precios a bolívar viejo, lo que hace que nosotros nos confundamos, ya que, como yo muchos, estamos tratando de estudiar para adaptarnos”, mencionó Ivana Torres.
Carlos Aguirre agregó: “Realmente sí he visto que muchos ya tienen sus precios sin los ceros, pero de todas formas siguen dando los totales en bolívar soberano. Así como uno se acostumbra es un poco tedioso. También pude observar que hay muchos comercios cerrados y presumo que es porque están buscándonos la caída, porque ellos todo lo quieren poner más caro y esta es la oportunidad”.
Por su parte, Maylena Criollo comentó: “El centro de La Victoria, por lo menos lo veo un poco más lleno que el de El Consejo, allá todo parece un 1° de enero. Es algo que esperábamos como ciudadanos y por la caída de los bancos y lo lento de su restitución. No obstante, esperemos que al abrir los comercios no nos salgan con una guachafita como siempre hacen, por ejemplo ahorita todo se consigue en 5 bolívares digitales”.
En resumidas cuentas, en esta parte del eje Este espera que en los próximos días, poco a poco se vayan restituyendo los servicios de los comercios. Aunado a esto, expresaron no perder la esperanza de que los dueños y encargados de los locales, los enseñen en vez de “jugar” con ellos y su dinero.
DANIEL MELLADO | elsiglo
