Padre que mató a su hija se confesó y se entregó

La versión policial sobre los acontecimientos ocurridos hace algunas semanas en San Francisco de Asís, en el municipio Zamora, “no se corresponde con todo lo sucedido”, manifestaron enfáticamente familiares de Glauco José Ramos Rangel (45), el latonero que en una lamentable situación le disparó en la cabeza a su hija de 15 años de edad.

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Gladimar Del Carmen Ramos Flores, murió de un disparo en la cabeza

“Para todos nosotros esto ha sido toda una tragedia”, expusieron los declarantes, entre quienes se encontraban, Carmen Flores, esposa de Ramos Rangel (también madre de la joven muerta) en compañía de dos de sus hijos, Glauco y Julio. De igual manera estaban Marinés Ramos, hermana del imputado del homicidio, junto a su tío Edinson Ospina.

“Lamentablemente sucedió toda esta desgracia, pero hay versiones que no se ajustan a lo ocurrido”, precisaron, recordando que pasó en el sector Banco Obrero, callejón San José, en San Francisco de Asís, aproximadamente a las 11:00 de la noche del domingo 19 de septiembre.

“Glauco, un hombre muy conocido en la zona, por su forma de ser y por su trabajo de latonero, estaba bebiendo licor desde muy temprano, en compañía de unos compañeros. Pero él nunca se molestó porque la niña estuviera con unos amigos y amigas, incluso, siempre estaban en la casa”, señaló la esposa.

Se dijo, aseveró, que la discusión fue en la vivienda “y nunca ocurrió en ese lugar. El hecho pasó en una licorería cercana a la residencia, incluso, yo no estaba con ellos”.

Si hubo una discusión de padre e hija, “pero no fue por los amigos de mi hija; Glauco no quería que la niña estuviera en ese sitio, porque ella sufría de crisis epiléptica; desafortunadamente ella siguió en el lugar y en un momento de confusión mi esposo tenía en la mano el revólver, que realmente no sabemos de dónde lo sacó, porque él no tiene armas”.

Ya bajo los efectos del alcohol, le repitió a la niña que se fuera, pero ella mantuvo su posición de quedarse. “Nuevamente comienzan a hablar, y en medio de la conversación el revólver se pela de la mano de Glauco y tratando de controlarlo se disparó. Es en ese momento es que me avisan, y es cuando llego al sitio”, apuntó.

La esposa de Ramos Rangel señaló que Glauco José al darse cuenta lo que había sucedido no se fugó. “Tomó rumbo a la iglesia de San Francisco de Asís, buscó al cura Jesús Alvarado y le explicó todo lo sucedido; pidió que lo confesara. Mi esposo le solicitó al párroco, después de darle el revólver, que lo acompañara, porque se iba a entregar a la policía, eso fue lo que ocurrió. Nunca se activó un dispositivo de seguridad para capturarlo, mucho menos tiene registros policiales. Esto es una pesadilla”, puntualizó.

Los familiares de Ramos Rangel precisaron que él está esperando juicio por homicidio, asegurando que fue un hecho accidental que les cambió sus vidas, “en un antes y en un después”, además de perder a un ser especial, “mi hermana era su consentida; mi papá nos quiere a todos por igual, pero ella tenía esa particularidad que lo envolvía totalmente. La sobreprotegía demasiado, pero por su propia crisis epiléptica, tristemente sucedió esto, que nos ha afectado mucho”, acotó Julio, su hijo.

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