China comenzó hoy la “semana dorada”, nombre con el que se conoce el período de vacaciones que empieza el 1 de octubre, Día Nacional de China, fecha que marca el aniversario de la proclamación de la República Popular China en 1949.
El presidente chino, Xi Jinping, participó ayer en un acto de homenaje a los caídos en la céntrica plaza de Tiananmen, en Pekín, y el Consejo de Estado, también con Xi presente, celebró una recepción con motivo de la efeméride a la que asistieron 500 invitados entre los que se encontraban representantes diplomáticos de otros países.
Habitualmente, estas fechas son algunas de las más populares para el turismo en el país, pero este año, al igual que el anterior, la inmensa mayoría de los viajeros chinos se tendrá que conformar con viajar dentro de China dadas las estrictas restricciones de entrada al país.
Desde marzo de 2020, el país exige a los pasajeros que entran en China test negativos PCR y de anticuerpos antes de embarcar, tras lo cual les espera un período de cuarentena de al menos dos semanas en un hotel costeado por ellos mismos.
Además, las autoridades chinas han detenido la expedición de pasaportes salvo casos de urgencia, lo que en la práctica prohíbe salir del país a los ciudadanos que no contasen ya con uno.
Según la agencia de viajes en línea Tongcheng, se esperan 650 millones de desplazamientos en China en esta semana, cifra que representa el 80 % de los que se dieron en la misma semana de 2019, previa a la pandemia.
Según la Comisión Nacional de Salud de China, sólo existe un rebrote de coronavirus en estos momentos; limitado a Harbin, capital de la septentrional provincia de Heilongjiang; que ayer detectó diez casos positivos del virus.
