Amenábar reivindica la cultura e identidad españolas en su primera serie

En su debut en el mundo de las series, con «La Fortuna», Alejandro Amenábar convierte a funcionarios españoles del Ministerio de Cultura en héroes al más puro estilo Spielberg. «Se puede ver un sentido patriótico en la serie, en el buen sentido», dijo hoy en rueda de prensa en el Festival de San Sebastián.

Amenábar
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Los seis capítulos de «La Fortuna», basada en la versión del caso Odyssey que dio Paco Roca en el cómic «El tesoro del cisne negro», se proyectan hoy, fuera de concurso, en la penúltima jornada del certamen.

Amenábar reconstruye el litigio que durante cinco años, entre 2007 y 2012, enfrentó al Gobierno de España con una empresa cazatesoros estadounidense por el tesoro de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 por los ingleses en el Atlántico, una fortuna valorada en 500 millones de dólares.

El ganador de un Oscar por «Mar adentro» («The Sea Inside», 2005) la define como una serie de entretenimiento genuino, con un estilo inspirado en las películas que vio de pequeño de Spielberg, Robert Zemeckis o James Cameron.

España y Estados Unidos

Amenábar recrea los dos mundos, el estadounidense y el español, con sus luces y sombras. «Quería dar pinceladas sobre las dos culturas, en el caso español los héroes son funcionarios porque quería mostrar cómo a veces gente anónima, desde las instituciones, lucha por lo correcto y las cosas al final salen bien, pone en valor a la gente que hace las cosas bien».

El protagonista es un joven diplomático, Alex Ventura (Álvaro Mel), que se encuentra de bruces con el caso Odyssey en su primer destino, el Ministerio de Cultura, y se alía con Lucía (Ana Polvorosa), una funcionaria de Patrimonio Nacional, para pelear por el caso.

En la parte americana del reparto destacan Stanley Tucci como Frank Wild, el cazador de tesoros; Clarke Peters como Jonas Pierce, el abogado que representa a España, y T’Nia Miller como Susan, la asistente de Wild.

Oposición

Amenábar explicó que en el caso de la pareja protagonista ha añadido un elemento de oposición ideológica entre ellos que no estaba en el cómic, de modo que él responde al perfil más conservador y ella más «progre», para reforzar la idea de la mezcla.

«Creo en la mezcla, no es bueno que estemos cada uno atrincherados en nuestra burbuja y me apetecían dos personajes que se enamoran con ideas políticas opuestas, ya que es algo que vemos que ocurre en la vida real», indicó.

En cuanto al «pirata» Frank Wild, insistió en que se trataba de crear un personaje ambiguo, no un malo arquetípico. «Es reposado, educado, con carisma y se gana la confianza de quien tiene delante», explicó el director, aunque es un personaje que defiende el interés individual sin ambages por encima del bien común que representa el abogado Pierce.

Stanley Tucci, uno de los actores secundarios más prolíficos del cine estadounidense -conocido por papeles en «The Devil Wears Prada» («El diablo viste de Prada»), «Road to Perdition» («Camino de perdición») o «Spotlight»- aseguró que ese dilema es una cuestión global desde el descubrimiento del capitalismo.

«Es evidente que hoy las cosas están mas extremas que nunca, pero es un fenómeno global, no sólo estadounidense; hace cuatro años vimos hacia dónde iba América, pero por suerte con esta administración estamos tomando otra dirección mas inclusiva y saludable».

Actores

El reparto lo completan Manolo Solo, en el papel de un legionario retirado que ofrece información clave para el caso, y Karra Elejalde como un ministro de Cultura que es un trasunto del que ocupara esa cartera en España César Antonio Molina, a quien le tocó lidiar con el caso Odyssey, aunque Amenábar insistió en que todos los personajes son ficticios.

El propio Elejalde trató de alejar las comparaciones con su sentido del humor habitual: «Cuando me como un pollo no pregunto si es falangista o republicano, me dijeron que tenía que hacer un ministro del PSOE (Partido Socialista), pero ¿en qué se diferencian si ahora van todos con traje y corbata roja?», exclamó.

Su personaje, eso sí, es un escritor; que «cree que le han elegido porque puede aportar algo a este país, es un enamorado del Siglo de Oro y está convencido de que la cultura es nuestro petróleo».

Preguntado por el paso de los directores de cine a la televisión en los últimos tiempos, Amenábar resaltó que no es un fenómeno reciente. «Ya lo hizo Ingmar Bergman o Mario Camus en España».

En su caso; en el momento en que asumió que el formato ideal era la serie afirma que se atuvo a las reglas esenciales de filmar capítulos con entidad por si mismos y con buenos finales. «Pero a la hora de ejecutar y decidir que iba a dirigir todos los episodios el proceso ha sido idéntico a una película».

EFE