Hallan restos de la batalla final de la Primera Guerra Púnica

Hace más de 2.200 años la flota romana al mando de Cayo Lutacio Cátulo derrotó a la cartaginesa dirigida por Hannón el Grande en la batalla naval de las islas Egadas. Los autores antiguos relatan que cientos de barcos chocaron entre sí aquel 10 de marzo del 241 antes de Cristo frente a la costa occidental de Sicilia, entre las islas Egadas de Favignana, Levanzo y Marettimo. La victoria proporcionó a Roma el control de Sicilia y del Mediterráneo central y fue decisiva para el final de la Primera Guerra Púnica.

De aquel enfrentamiento, que condujo al fin de 23 años de guerra ininterrumpida, cada vez se conocen más detalles gracias al trabajo que desde hace más de una década realizan arqueólogos subacuáticos en el sitio identificado por primera vez por Sebastiano Tusa y su equipo en 2005. En la última campaña de excavaciones del pasado agosto, han descubierto dos arietes de bronce para buques de guerra, que se suman a los otros 23 hallados hasta la fecha, y han recuperado cuatro más. Según señala la Fundación Náutica RPM en una nota, antes de que comenzaran estas investigaciones solo se conocían dos arietes. Estas armas navales se encuentran entre los artefactos más raros del antiguo Mediterráneo que han llegado hasta nuestros días.

Los arqueólogos han encontrado además docenas de balas de plomo de honderos, utilizadas como proyectiles letales en combate, así como varios cascos y mejillas de bronce y monedas romanas y griegas.

Un barco con ánforas de la Península Ibérica

En la misma zona, se localizó también un barco mercante naufragado que transportaba ánforas producidas en las provincias romanas de Lusitania y Bética (ambas en la Península Ibérica) que data de la primera mitad del siglo IV d. C.

En la investigación arqueológica colabora la Soprintendenza del Mare Regione Siciliana, la Fundación Náutica RPM y la Sociedad para la Documentación de Sitios Sumergidos ( SDSS). El trabajo de campo de este verano buscó delimitar el sitio hacia el norte y el este mediante el uso de un vehículo submarino autónomo que mapeó el fondo marino con un sonar de barrido lateral y la inspección de objetivos con un vehículo operado por control remoto desde el buque de investigación ‘Hércules’.

El área de estudio se extiende a lo largo de 270 km2 y la concentración de la batalla principal en 12 km2, por lo que se han necesitado años para estudiarlo y documentarlo. «Junto con los resultados de años anteriores, los descubrimientos hechos este verano revelan aún más cómo fue esta antigua batalla naval, que hasta la fecha es, con mucho, la mejor documentada desde un punto de vista arqueológico», señaló Valeria Li Vigni, directora de la Soprintendenza del Mare, la agencia gubernamental que supervisa el patrimonio cultural subacuático en Sicilia.

La Fundación Náutica RPM destaca que los arietes y las armaduras de bronce fueron el equipamiento tecnológico puntero de la época y proporcionan información sobre la capacidad militar de romanos y cartagineses a mediados del siglo III a.C. Según el arqueólogo subacuático Peter Campbell, profesor en la Universidad Cranfield (Reino Unido), «los descubrimientos de esta temporada brindan un vistazo poco común a la vida y la muerte durante el siglo III a. C.». Además, «reflejan el valor de la investigación colaborativa cuando se trabaja en un entorno desafiante de gran profundidad y un sitio de esta enorme escala».

Las investigaciones continuarán en 2022. James Goold, presidente de la Fundación Náutica RPM subrayó que «después de 16 años, el sitio continúa expandiéndose» y añadió: «Podemos estar seguros de que se descubrirán aspectos importantes de la batalla en temporadas futuras a medida que continúe el proyecto».

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