Día Mundial del Alzheimer

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el apoyo de la ADI (Alzheimer ‘s Disease International).

Día Mundial del Alzheimer
Foto: Referencial

Año tras año, estas organizaciones buscan educar a la sociedad sobre el Alzheimer, considerada la “nueva epidemia del siglo XXI”. Las cifras se encuentran en ascenso progresivo y es fundamental que la población comprenda qué origina el Alzheimer y cómo es posible tratarlo.

Según estudios, en el año 2050 la cifra estimada de personas con Alzheimer ascenderá a 131.5 millones de habitantes a nivel mundial.

Septiembre es el Mes Mundial del Alzheimer desde 2012, cuando la ADI dispuso que solo un día no era suficiente para extender las distintas campañas de información y concientización necesarias para divulgar el conocimiento científico sobre la enfermedad.

¿QUÉ ES EL ALZHEIMER?

El alzheimer es una enfermedad mental incurable que va degenerando las células nerviosas del cerebro y disminuyendo la masa cerebral, de forma que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante que se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.

No existe un tratamiento para prevenir la enfermedad ni para frenar el avance. Sí que se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas de la enfermedad y para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero solo suele ser útil en las primeras fases, perdiendo su utilidad en fases más avanzadas.

Una vez que aparecen los primeros síntomas, los pacientes van degenerando y se van volviendo más dependientes, de forma que hay que ayudarles para vestirse, asearse, comer. Poco a poco se harán imprescindibles los cuidados permanentes de un cuidador.

El alzheimer no solo afecta al enfermo sino a sus familiares y entorno, ya que es muy duro ver el deterioro de una persona querida.

SÍNTOMAS DEL ALZHEIMER Y EDAD DE RIESGO

El Alzheimer es una enfermedad que causa problemas en la memoria, el comportamiento y el pensamiento. Es considerada un tipo de demencia, cuyos síntomas se desarrollan de forma lenta y gradual, empeorando con el tiempo.

Esta enfermedad se caracteriza por afectar el curso de la vida cotidiana de quienes la padecen. La dificultad para recordar nombres, direcciones o aspectos básicos de la vida del paciente son algunos indicios de que la enfermedad podría estar desarrollándose.

Es importante tener presente que el Alzheimer no es una característica normal del envejecimiento, como muchas personas creen. Entre un 60% y un 80% de los casos de demencia en el mundo se deben a esta enfermedad que afecta a las personas de más de 65 años, en su mayoría.

Sin embargo, otros rangos etarios también pueden padecerla. Aproximadamente 200.000 personas menores de 65 años tienen Alzheimer en países como Estados Unidos, principalmente en su etapa temprana.

NO SE CONOCEN LAS CAUSAS DEL ALZHEIMER

Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma, y aparecen en la región del cerebro llamada hipocampo, que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje y la formación de nuevas memorias. De ahí se extienden a otras partes del cerebro, cuando ya aparece el deterioro cognitivo, que finalmente desemboca en demencia.

HÁBITOS PARA REDUCIR LA PRESENCIA DEL ALZHEIMER

Aunque no hay evidencias científicas, se piensa que el origen de la enfermedad del alzheimer se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables, como la edad o la genética). Pero sí que existen algunos factores modificables, de estilo de vida.

En este sentido, el Comité de Médicos por una Medicina Responsable publicó un estudio en donde se presentan siete hábitos que podrían reducir entre un 70% y un 80% la presencia del Alzheimer, y son los siguientes:

  • Reducir el consumo de grasas saturadas.
  • Hacer de las verduras, frutas, legumbres la base de la pirámide alimenticia.
  • Consumir alimentos con vitamina E.
  • Consumir alimentos con vitamina B12.
  • Evitar los multivitamínicos con hierro y cobre (a menos que lo indique un médico).
  • Evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio.
  • Mantenerse activo físicamente.

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