Terror, belleza y misterio se entrelazan en la adaptación que propone la peruana Claudia Llosa de la novela de Samanta Schweblin «Distancia de rescate», un filme que aborda desde una perspectiva poética los miedos de la maternidad y con el que compite por la Concha de Oro de San Sebastián.
La historia se ubica en la Argentina rural -aunque se filmó en la Patagonia chilena- donde una mujer, Amanda (la española María Valverde), llega a pasar unas vacaciones con su hija y conoce a la misteriosa y atractiva Carola, interpretada por la argentina Dolores Fonzi.
La «distancia de rescate» a la que alude el título es algo que obsesiona a Amanda, el espacio de separación que debe mantener con su hija para darle la libertad que necesita para conocerse y explorar pero al mismo tiempo poder protegerla si un peligro repentino e inesperado le sorprendiera.
«Cómo crear ese difícil balance entre cuidado y libertad, sin caer en la sobreprotección es un cuestionamiento constante en la película», señaló a Efe la directora, que con «La teta asustada» (2009) ganó el Oso de Oro en Berlín y estuvo nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
«Pero hay otro miedo menos explorado y muy interesante a no reconocer al niño como propio», añade.
Para la adaptación del libro, finalista al Man Booker International, Llosa (Lima, 1976) contó con la colaboración de la autora. La estructura de la novela suponía un enorme reto, ya que está marcada por una voz narrativa en la que Amanda dialoga con un misterioso niño y a la vez trata de ordenar lo que le pasa, lo que da pie a constantes saltos temporales.
«Esa sensación de algo febril, confuso y urgente, ese relato sobre relato de dos mujeres que se conocen en el idilio del campo, que se cuentan sus historias, sus vacíos, sus miedos y al mismo tiempo se intoxican, atraviesa toda la trama y hace que no sepas si estás entre los vivos o los muertos, en agonía o en un estado febril», señala Llosa.
«Todo es posible y nada se niega y esto abre expande el relato de manera fascinante», precisa.
El otro gran tema, junto a la maternidad y a la complejidad del universo femenino, es la denuncia medioambiental. «La distancia de rescate no se aplica solo a las relaciones entre personas, también con el planeta, surge la pregunta de si ya hemos roto esa distancia, cuando empezó todo y si estamos ya a las puertas de la tragedia», afirma la cineasta.
María Valverde ha confesado que no le costó mucho trabajar la fascinación que su personaje siente por Carola; ya que es algo real que le sucede con Dolores Fonzi.
«Me resultaba muy cercana esa actitud de Amanda de querer verse reflejada en Carola; se pinta los labios como ella e imita sus movimientos; yo tenia esa fascinación por Dolores así que fue un trabajo de poner lo que yo sentía en Amanda», explica.
«Nos llevamos muy bien, la conexión fue total», ratifica Fonzi; «durante el rodaje yo comía la misma dieta que María, estábamos juntas constantemente, compartíamos caravana, comíamos juntas; y hablábamos de las escenas, fue un trabajo muy concentrado».
Valverde descubrió el libro de Schwebling a raíz de la película. «Me fascinó el texto que leí en la prueba, que es el inicio de la historia, cuando dice ‘somos como gusanos’, me cautivó; me pareció algo tan novedoso y profundo que se me abrió otro espacio en la cabeza».
Fonzi había devorado el libro en un sólo día dos o tres meses antes de que le llegara la propuesta de dar vida a Carola. «Fue increíble, el mejor regalo, una gran excitación y me sigue emocionando porque admiro mucho a Samanta».
«Distancia de rescate» es una coproducción entre Perú, Estados Unidos, Chile y España; y cuenta entre sus productores con los españoles Sandra Hermida y José María Morales y los hermanos chilenos Juan de Dios y Pablo Larraín. El director de fotografía es Óscar Faura, colaborador habitual de J.A. Bayona.
El próximo 6 de octubre se estrenará en salas de cine y una semana después, a partir del 13, estará disponible en Netflix.