Cardenal Urosa Savino solicitó recibir los santos sacramentos ante agravamiento de su salud

La arquidiócesis de Caracas, publicó una carta del  Cardenal Jorge Urosa Savino solicitó este domingo 12 de septiembre donde solicitó recibir los santos sacramentos ante el agravamiento de su situación de salud al enfrentar el COVID-19.

Urosa Savino
Foto: Referencial

“En este momento ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación, he querido recibir los santos sacramentos”, señala el documento.

En el texto, el sacerdote asegura sentirse “inmensamente feliz de haber sido sacerdote, vivir mi vocación con gran ilusión”, destacando que ha tenido la fortuna de recorrer caminos insospechados y de altísimas responsabilidades en su trayectoria.

Aprovecho la misiva para pedir perdón a Dios ya todos sus hermanos por las faltas que haya podido cometer.

“Nunca he querido hacerle mal a nadie, y siempre he procurado actuar buscando la gloria de Dios, y el bien de la Iglesia y de las almas, y de las personas involucradas; espero pues, que eso se me tenga en cuenta”, señala.

También destacó el afecto que tiene por el pueblo venezolano y su esfuerzo por la libertad de todos, así como a la defensa de los derechos de todos los venezolanos ante los atropellos que ha vivido el país, “En esa actitud, he estado siempre también actuando, no por odio, ni por rencor, sino por defensa de la libertad, de la justicia y de los derechos del pueblo venezolano”.

Aseguró, en este sentido, que espera que Venezuela salga de esta situación tan negativa, refiriéndose a la crisis política, económica y social profunda que vive el país.

A continuación parte del texto:

“…en este momento ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación, he querido recibir los santos sacramentos, y al mismo tiempo hacer una breve declaración de amor a Dios y amor a la Iglesia, y de amor al pueblo de Venezuela.

Por su puesto, me siento inmensamente feliz de haber sido sacerdote, vivir mi vocación con gran ilusión. He tenido la fortuna y la bendición que Dios me ha llevado por caminos insospechados de servicio, y de altísimas responsabilidades en la Iglesia que agradezco en el alma. Pido perdón a Dios y a todos mis hermanos por las faltas que haya podido haber cometido, especialmente por las faltas de omisión. Nunca he querido hacerle mal a nadie, y siempre he procurado actuar buscando la gloria de Dios, y el bien de la Iglesia y de las almas, y de las personas involucradas; espero pues, que eso se me tenga en cuenta.

También, expreso mi gran afecto al pueblo venezolano y mi entrega absoluta a su libertad, a sus instituciones, a la defensa de los derechos del pueblo frente a los atropellos que se hayan cometido por parte de los gobiernos nacionales. Y en esa actitud, he estado siempre también actuando, no por odio, ni por rencor, sino por defensa de la libertad, de la justicia y de los derechos del pueblo venezolano. De manera pues que espero que Venezuela salga de esta situación tan negativa (…)”.

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