Los países de la Agencia Espacial Europea (ESA) se han puesto de acuerdo sobre las condiciones de explotación de los que serán los nuevos cohetes Ariane 6 y Vega-C a partir de las necesidades institucionales identificadas y de un contexto “volátil” en el mercado mundial de la puesta en órbita de satélites.
Ese acuerdo se formalizó en una resolución adoptada a mediados de agosto que fija “una base estable” para esos dos cohetes, que despegarán desde la Guayana francesa, explicó este viernes la ESA en un comunicado.
Para cubrir las demandas institucionales, se prevé que cada año harán falta de media cuatro Ariane 6 y dos Vega-C.
Los países, que han validado las condiciones de precio para el servicio de lanzamiento estándar, han fijado las bases para disponer de “capacidades industriales estratégicas” a través de opciones que permitan responder a posibles demandas institucionales adicionales.
Las decisiones sobre las implicaciones financieras para los Estados se tomarán a finales de 2022 en una reunión ministerial. Los clientes institucionales, por su parte, tendrán que comprometerse a realizar sus lanzamientos con cohetes de la ESA.
Además, la ESA ha sido encargada por sus miembros de proponer la generación de soluciones de transporte espacial para la próxima década, para lo cual habrá de crear “un marco para la demostración a corto plazo” de nuevos cohetes, que tendrá que ser aprobado en el próximo consejo de ministros.
