La contaminación lumínica desorienta a los animales que se guían con el cielo nocturno

Una nueva investigación ha demostrado, a través de un experimento con escarabajos peloteros, que la contaminación lumínica limita la capacidad de algunos animales para orientarse ante la falta de luz nocturna natural.

El aumento de la contaminación lumínica en todo el mundo está provocando serios problemas para aquellos seres vivos adaptados a la oscuridad de la noche. Algunos animales, como algunas aves migratorias, focas o polillas, utilizan la luz de la luna, las estrellas o incluso la Vía Láctea para orientarse. Ahora, según los hallazgos publicados en Current Biology, se ha evidenciado que debido a la contaminación lumínica no perciben correctamente la luz nocturna natural y se ven obligados a utilizar farolas, luces de neón u otras fuentes lumínicas para orientarse, lo que, finalmente, termina por desorientarles más.

La contaminación lumínica está provocando serios problemas para aquellos animales que están adaptados a la oscuridad nocturna.

El estudio del comportamiento de los animales nocturnos no es nuevo. En mayo de 2016, un equipo de investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) comprobó que los escarabajos peloteros realizaban una danza misteriosa y tomaban instantáneas del cielo para recoger información sobre los cuerpos celestes y así poder trazar su trayectoria. Ahora, este nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de esta misma universidad junto a otros de la Universidad de Witwatersand (Sudáfrica), ha demostrado cómo estos insectos se ven obligados a buscar señales de su entorno inmediato para navegar ante la falta de luz nocturna natural. “Estos escarabajos se ven obligados a abandonar su brújula celeste y orientarse con luz artificial en su lugar”, explica James Foster de la Universidad de Würzburg en Alemania, quien dirigió el estudio durante su estancia en la Universidad de Lund.