Vecinos de La Mora I vive entre huecos y aguas putrefactas

Los habitantes de la avenida cinco de La Mora I, en La Victoria, municipio Ribas, denunciaron su malestar con respecto a los pésimos servicios públicos con los que están sometidos a convivir. Indicando que en la actualidad los problemas que más los aquejan son la vialidad deteriorada y aunado a esto deficiencias con la red de aguas servidas.

Con neveras viejas los habitantes tratan de tapar los cráteres

En este sentido, tanto los residentes como transeúntes comentaron que todas estas dificultades son el resultado de malos trabajos en la red de aguas servidas, los cuales no han terminado de resolver desde hace más de nueve meses.

“Las calles dañadas son la consecuencia de que vinieron a hacer un supuesto trabajo en la tubería de aguas negras y dejaron eso así, sin asfaltado, ni nada. Posteriormente, sin causa alguna las aguas podridas comenzaron a salir nuevamente y toda la calle por las filtraciones comenzó a ceder, hasta que se vino todo abajo, dejándonos sin poder caminar en paz y asfixiándonos con los malos olores”, manifestó Irina Trapiche.

La señora Karla Martínez agregó: “Desde siempre este ha sido el problema en esta calle, pasan gobernantes y gobernantes y nadie sabe hacer nada. Cuando comenzó la pandemia vinieron y pensamos que ya íbamos a poder vivir bien sin agua de cloacas por todos lados, pero no fue así. Y menos ahorita que cuando llueve brotan corrientes de esos líquidos por todos lados, hasta de los sanitarios en las casas cercanas salen. Es asqueroso”.

Por su parte, Vicente Molina dijo: “Es necesario que se resuelva esta dificultad rápido, porque de verdad los olores son muy fuertes y por aquí hay niños y adultos mayores que nos vemos afectados directamente”. Necesitamos que los candidatos ahora que quieren buscar votos vengan y de una vez y por todas nos ayuden”.

En resumidas cuentas, los denunciantes hacen un llamado a los entes competentes, para que les resuelvan esas dificultades que no les permite tener una vida tranquila.

DANIEL MELLADO | elsiglo