“El reto es sembrar sentido de pertenencia”

Una nueva edición de Encuentro en el Hotel Hesperia con elsiglo estuvo cargada de referencias gastronómicas, anécdotas deportivas y reflexiones con el acento italiano, gracias a la visita de la junta directiva de Casa Italia de Maracay, encabezada por el exfutbolista de la Vinotinto, Nicola Simonelli, presidente; acompañado de Claudio Di Mauri, vicepresidente, e Ítalo Zuzolo, director de deportes.

Directiva de Casa de Italia de Maracay compartió con elsiglo y Hesperia Maracay

En este sentido, la directiva de Casa de Italia de Maracay destacó que lo más importante para quienes dirigen esta institución maracayera es sembrar en las nuevas generaciones un sentido de pertenencia, transmitir valores de solidaridad y mantener frescas las vivencias que convierten a este club social en algo más que un sitio de diversión.

INMIGRANTES REPLETOS DE SUEÑOS

En el año 1965, un grupo de inmigrantes italianos, residentes de Maracay tomaron la iniciativa de agrupar la colonia que hacían vida en la entidad aragüeña, por lo que decidieron crear un espacio de esparcimiento y encuentro, naciendo así la Casa de Italia.

Es importante mencionar que, aunque la asociación se constituyó en 1965, la colocación de la primera piedra se realizó el día 22 de octubre de 1966, y la inauguración de la sede de Maracay se produjo el 13 de diciembre del año 1969, cerrando un ciclo de cuatro años de construcción de sueños, sin imaginar que aquel sueño de unos pocos italianos se convertiría en la casa de todos, incluso de venezolanos.

En este sentido, Simonelli destacó que “fue un sacrificio muy grande por parte de todos los fundadores, se debe tener el sentido de pertenencia, ya tenemos la segunda y tercera generación de esos fundadores, y yo en lo particular tuve la oportunidad de que hace 13 años, cuando estaban haciendo el club, vi la construcción de la piscina”. Ver aquel hueco donde ahora está quizás la mejor piscina del estado, selló su matrimonio con la idea de consolidar aquel naciente sueño.

Destacó que los fundadores se encontraban enfocados en el futuro, “para mí a esa edad fue una impresión grande ver el enorme hueco de la piscina, junto con mi papá, y así fuimos testigos de toda la evolución de club, y como fueron mis palabras en la toma de posesión, que nosotros debemos sentir el club, tener sentido de pertenencia, el cual lo está perdiendo la nueva generación”.

Simonelli recalcó la visión familiar de los pioneros; “ellos querían juntar a toda la colectiva, para así poder continuar con las tradiciones y festividades de Italia. Con el paso de los años hemos visto como ha crecido el club y las diversas construcciones con el paso de los años”.

Por su parte, Claudio Di Mauri, vicepresidente, recordó que llegó a Venezuela a los 17 años; “yo nací y me crié en Italia, entonces al llegar a la Casa de Italia de Maracay, para mi era un pequeño pueblo, desde esa fecha (año 1989) he hecho vida allí, me casé y mis hijos crecieron allá. Lo que sembramos nosotros como junta directiva es lo ideal, hay un momento donde los muchachos se alejan del club, ya sea porque empiezan la universidad, pero regresan ya cuando tienen formada una familia, y entonces ves a esa camada de niños en el parque”.

ACTIVIDADES CULTURALES ITALIANAS

El presidente de la Casa de Italia destacó que desde hace muchos años se han enfocado en mantener las tradiciones, en lo cual ha sido fundamental el trabajo del departamento de cultura.

“Con el tema de la pandemia hemos estado un poco limitados, pero estamos dedicados al teatro, a los bailes típicos italianos, seguimos con las tradiciones, entre ellas la Fiesta de la Uva, la Ferragosto, que se celebra el 15 de agosto, una fiesta grande en Italia, que son las vacaciones de veranos”.

Señaló que el objetivo es ir formando en los jóvenes ese sentido de pertenencia que les permita crecer con grandes valores italianos, “poco a poco, le cuesta a la nueva generación, pero estamos llevando a que la sientan, vamos por el camino correcto”.

En cuanto a la Fiesta de la Uva, Claudio Di Mauri destacó que esta tradición ha cambiado con los años, “empezó algo formal, se debía ir en traje, la vieja guardia si no llevabas corbatas, no entrabas, ahorita se ha transformado en una fiesta de regiones. Se hace como una verbena, cada uno tiene sus platos típicos y nosotros tenemos una visita de tres mil personas cada vez que hacemos estas festividades”.

Di Mauri destacó que muchos ciudadanos esperan esta fiesta para así poder degustar de la comida típica italiana, “están cada una de las regiones demostrando su talento culinario, eso es lo que espera la gente, pero tenemos dos años que no podemos hacerlo, no obstante, estamos estudiando la manera de realizar la Fiesta de la Uva de una manera distinta, manteniendo los espacios y bioseguridad”.

Comentó que, aparte de la comunidad italiana, el club ha albergado a ciudadanos de otras nacionalidades; “tenemos la ventaja de que estamos ubicados en un sitio céntrico y con los problemas que atraviesan los ciudadanos es más fácil llegar a la Casa de Italia que a otro club de la entidad, allí vamos poco a poco”.

ADAPTACIÓN EN TIEMPO DE PANDEMIA

Debido al Covid-19 y a los estragos de la pandemia, Simonelli destacó que en Casa de Italia se han ido adaptando a “la nueva normalidad”.

“Casi dos años que estamos cerrados a la colectividad, tenemos casi cuatro meses trabajando siete días radicales y siete días flexibles. Nos hemos ido adaptando poco a poco y la incorporación de los socios al club ha sido escalonada”, manifestó.

De igual forma, Simonelli destacó que con el pasar del tiempo aumenta el número de personas que se incorpora a las actividades, “estamos trabajando única y exclusivamente la parte deportiva, no estamos abiertos al 100% socialmente, en la semana flexible es cuando se utiliza la piscina los días viernes, sábados y domingos”.

Igualmente se han enfocado en las actividades al aire libre, “tenemos el espacio suficiente para albergar al grueso de nuestras personas que se dedican a las actividades deportivas, tenemos equipo de softbol, participamos en campeonatos estadales y nacionales que hay en el fútbol, kárate”.

Al respecto, Ítalo Zuzolo, director de deportes, mencionó que en estos momentos se encuentran participando en un torneo; “estamos en primer lugar en el estadal de fútbol menor en la categoría Sub 11 y Sub 13”, además Casa de Italia se ha convertido en una especie de burbuja para entrenamientos, de hecho actualmente alberga la primera división del Aragua Fútbol Club, “quienes se preparan en nuestra cancha”.

SOCIOS SE VAN, PERO SU CORAZÓN SE QUEDA

Debido a los diversos problemas económicos, políticos y sociales por los cuales se encuentra atravesando el país, muchos ciudadanos italianos tomaron la decisión de regresar a la península italiana.

En este sentido, Claudio Di Mauri recalcó que, aunque se han ido, los socios no dejan de formar parte de la familia de Casa de Italia, “pagan sus mensualidades, ya que siempre existe el sueño de regresar y poder volver a vivir las emociones de estos ambientes familiares, ya que ese cariño y el afectó no lo sienten en ninguna otra parte”.

Nicola Simonelli precisó que para ellos el club es como una pequeña burbuja, donde pueden compartir, “los padres pueden dejar a sus hijos tranquilamente, nosotros más bien peleamos con ellos, ya que los dejan y parecemos una guardería, pero tratamos de que se sientan a gusto y sientan la necesidad de asistir, cuidar las instalaciones, ya que es un sacrificio grande de nuestros fundadores, nos dejaron esa tarea y debemos conservarlas para futuras generaciones”.

Destacó que en estos años son muchas las personalidades que han visitado la Casa de Italia de Maracay, entre la famosa gimnasta rumana Nadia Comaneci, “después de haber ganado unas olimpiadas la trajeron al club e hizo una exhibición de gimnasia, muchos vimos crecer este club y tal vez no le dimos importancia, pero cuando estás afuera y regresas te das cuenta de como extrañaste al país y a la Casa de Italia, sus amigos y compañeros”.

Sin embargo, también han tenido algunas pérdidas. Al respecto, Di Mauri mencionó que las personas mayores se mantienen en el país, pero los jóvenes buscaron nuevos horizontes, “esto más que todo buscando mejores opciones laborales. Nicola tiene tristemente dos hijos afuera y la distancia siempre es triste, pero el hijo mayor no quiere ni siquiera regresar a Venezuela, ya que sabe que si entra no se vuelve a ir, ya que él se crío aquí, sus amigos están acá, entonces se queda eso, que si regresas no te vas a querer ir a pasar frío y trabajo afuera”.

Indicó que Venezuela es un país con personas de gran calidad humana, “yo viajé a Europa y cuando me vieron el pasaporte no recibí mejor trato, pero cuando regresé a Venezuela, la muchacha me preguntó por el viaje y muchas cosas más, que eso a uno lo llena, la amistad y el amor del pueblo venezolano, por eso es que también la colonia italiana se siente muy bien en el clima venezolano y yo después de más de 30 años no cambiaría a Maracay por ninguna otra ciudad”.

MANTENERSE HA SIDO UN RETO

La pandemia no ha dejado espacio sin trastocar, sin embargo, a pesar de que como club social mantiene sus puertas cerradas, Casa de Italia de Maracay ha sido 100% solvente en época de pandemia.

Di Mauri señaló que el club cuenta con más de 1.900 acciones activas, “de estas cada una tiene un promedio entre dos o tres personas y hasta cuatro, esto dependiendo, ya que se aceptan padre, suegros e hijos, en caso de los hermanos hasta los 21 años”.

Destacó que durante el arranque de la pandemia llegaron a tener 10% de cobranza; “Tenemos dos años que no cambiamos el monto del aporte mensual que hace el socio, no hemos hecho ningún evento, ya que no es posible, pero estamos estirando por allí, si estamos cerrados, entonces automáticamente se redireccionan los gastos de todo”.

Indicó que se han enfocado en mejorar y ver más allá de los obstáculos; “más bien hicimos cosas, logramos mantener, cambiar las luces a luminarias led por el tema del ahorro energético, hicimos mantenimiento del campo de fútbol, el retapizado de las sillas de la piscina, el mantenimiento constante de la piscina, ya que nos esforzamos en mantenerla como si estuviera llena de agua mineral, buscamos la manera de que los socios se integren, ya que no hay nada más fácil que criticar”.

En este sentido, Di Mauri destacó que la cobranza ha mejorado, “tenemos los ‘socios disfrutaste’, que son de socios que tienen dos acciones, una la puede disfrutar y la otra la pone la Casa de Italia y nosotros nos encargamos de buscar este ‘socio disfrutaste’, algunos de ellos tienen hasta más de 10 años con nosotros y quieren más al club que los socios, es decir tienen un sentido de pertenencia, ya que no hay que ser italiano para quererlo”.

Asimismo, mencionó que algunos socios se habían marchado están regresando, “somos casi una población de 12 mil personas, estamos de vuelta poco a poco, ya el gimnasio está abierto y las actividades deportivas se están activando, muchas personas están un poco agotadas de las medidas de bioseguridad, pero uno trata de ser flexible, si uno se pone estricto es complicado, no todos estarán de acuerdo y en sintonía con lo que se quiere hacer”.

PROYECTOS A LARGO PLAZO

En la actualidad todo el terreno de la Casa de Italia de Maracay cuenta con infraestructura, no obstante, esto no ha sido una limitante para sus miembros y directivos, quienes día a día se reinventan.

Ítalo Zuzolo mencionó que hace aproximadamente 11 años hicieron una inversión en una vivienda cercana al club, hacia donde se enfoca uno de sus grandes proyectos a futuro, “con el favor de Dios tenemos un proyecto de unas canchas de Beach Tenis en el complejo, están muy cerca del campo de fútbol, eso es lo queremos lograr”.

Mientras que Di Mauri precisó que son 25 mil metros cuadrados; “ya no podemos crecer para los lados, sólo para arriba, y la casa que compramos hace años, pero Casa de Italia tiene grandes espacios, gimnasio, bolas criollas, un club bien distribuido, se debe ver cómo se van desarrollando las cosas” para ir apuntalando proyectos inmediatos.

El presidente de Casa de Italia, Nicola Simonelli, destacó que apuestan por las próximas generaciones, “tal vez ellos vendrán con grandes propuestas y lo vamos a escuchar y aconsejar, las nuevas generaciones vienen con propuestas que seguro a nosotros no se nos ocurren”.

Y así los ciclos siguen vivos, conectando a los pioneros, los que soñaron con la Casa Italia y la hicieron realidad, con el esfuerzo de quienes mantuvieron vivo el legado y lo lograron, hacer de Casa Italia una institución referencial de la sociedad maracayera, y ahora, los jóvenes, a quienes les toca proyectar las viejas tradiciones itálicas y vivirlas hacia el futuro.

MÓNICA GOITIA | elsiglo
fotos | KARLA TRIMARCHI