El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció este jueves que su país aceptó albergar las negociaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana por la crisis que vive ese país.
«Me acaba de informar el secretario de Relaciones Exteriores (Marcelo Ebrard) que a propuesta de Noruega se propone que México sea sede para llevar a cabo estas negociaciones. Nosotros hemos aceptado porque buscamos el diálogo», expresó el mandatario en rueda de prensa matutina en Palacio Nacional.
El pasado 22 de julio, Maduro aseguró estar listo para sentarse a negociar con la oposición en México, país que hasta ahora no había confirmado que sería sede de este diálogo.
PRESIDENTE DE MÉXICO
López Obrador evitó dar la fecha del diálogo y pidió «disculpas» a las partes por revelar que México será la sede del encuentro; pero justificó que «tenía que contestar» a las preguntas de la prensa al respecto.
«Nosotros aceptamos porque lo que buscamos es que haya acuerdos y diálogos entre las partes», expresó el presidente mexicano, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Subrayó que «son pláticas entre el Gobierno y la oposición» venezolanas y deseó que «ojalá se logre un acuerdo».
«Nosotros ayudamos para que nuestro país sea sede de estas conversaciones», reiteró.
En mayo pasado, el líder opositor Juan Guaidó anunció su disposición a negociar con el Gobierno de Maduro para alcanzar un «acuerdo de salvación nacional» con el fin de superar la crisis que vive Venezuela.
El opositor aspira a conseguir elecciones generales «libres» y «justas» y, a la propuesta, Maduro respondió diciendo que está; listo para reunirse con «toda la oposición», pero exige que se levanten las sanciones internacionales antes de sentarse; a dialogar.
Ante la crisis social y política de Venezuela, el presidente López Obrador siempre ha hecho énfasis en los principios establecidos; en la Constitución mexicana de no intervención en otros países y de solución pacífica de controversias.
En 2019, el Gobierno de López Obrador fue de los pocos de la región que no reconoció la presidencia del opositor Juan Guaidó; y abanderó junto con Uruguay una propuesta de diálogo entre Maduro y la oposición.