Vendedores ambulantes de tapabocas entre días buenos y otros malos

El tapaboca es el principal muro que puede frenar al virus Covid-19. Del anonimato este artículo pasó a engrosar las listas de ventas y compras a escala mundial, y de un día para otro se convirtió en la elección de todas y todos sin importar color, diseño y confección.

Tapabocas “deportivos” se han convertido en la elección de los compradores

Ya cerca de los veinte meses desde que la OMS declarara la pandemia por el nuevo coronavirus, el uso del tapaboca sigue siendo una de las principales medidas para evitar el contagio y la propagación del virus. Por ello su distribución no se detiene, incluso, se pudiera considerar que cada día su fabricación es acelerada, marcada incluso, por la propia tecnología.

Mientras los monopolios industriales mantienen la férrea producción en medio de un marketing vehemente, las pequeñas empresas se apoyan en estrategias para lograr perdurar en el mercado, y más abajo, los más sumisos fabricantes realizan todo el esfuerzo que les permita subsistir en el tiempo.

En Venezuela, en medio de la incertidumbre y zozobra por la pandemia, se ha vivido la moda del tapabocas, porque se han visto todos los diseños y colores desde el mes de marzo del año pasado. Tal situación ha motivado la elaboración del artículo, desde comités de producción comunal, pequeñas empresas productivas, asociaciones, cooperativas y hasta las amas de casa (factorías caseras, unipersonales o en familia) se han interesado en la fabricación de los mismos.
La verdad es, que fabricantes industriales, medianos, pequeños, caseros (y vendedores), le han sacado provecho a la fabricación.

BUENOS Y MALOS

Pedro Quintero, vendedor de tapabocas en la calle Vargas de Maracay señaló que “el negocio” no ha estado fácil en los últimos días, explicando, primero, hay mucha competencia, y segundo, el movimiento del dólar ha echado mucha broma.

“No ha estado fácil vender tapabocas por estos días. Nosotros tenemos buenos precios, ofrecemos el paquete de 10 unidades (mascarilla de material quirúrgico) a un dólar. En los negocios chinos por ejemplo te venden 5 por un verde”, detalló.

José Pérez, que camina por la avenida Bolívar de la Ciudad Jardín vendiendo tapabocas manifestó: “mi mercancía es elaborada por mi cuñada. Realmente tienen buena confección y acabado. Si bien son producción artesanal, tienen buena calidad, comenzando por la tela. Los tengo 2 artículos por un dólar (tasa del día)”. Resaltó el señor, que han estado muy flojas las ventas, argumento que “hay días buenos y otros malos”. Esperemos que todo cambie en las próximas semanas, afirmó, añadiendo “las personas tienen que entender que no es una moda, son una necesidad”.

Jean Carlos Gómez, se moviliza por la calle Santos Michelena ofreciendo su mercancía. “Dos tapabocas por un dólar, a la moda, con muñequitos del momento, resistentes, para todas las edades”, enfatiza el joven a todo cañón. Subrayó que en los últimos días le han comprado poco, acotando que eso viene sucediendo por el comportamiento de la divisa que hace mella en la economía venezolana.

“Unas son de sal y otras de arena, en ocasiones, el comercio es de suerte. Así como ayer no vendí nada, hoy pudiera que venda todo. Ojalá tenga suerte de salir de toda la mercancía, porque ha estado dura la cosa”, replicó.

Carolina Hong es encargada de una comercial en la calle Miranda de Maracay. La joven de padres asiáticos recalcó que las ventas están duras. “Nosotros aquí tenemos mascarillas de muy buena calidad a distintos precios. Ofrecemos las deportivas en quince millones trescientos mil bolívares la unidad, otras salen en Bs. 5.500.000,00, incluso, pueden conseguir aquí unas en Bs. 3.300.000,00. Los clientes tienen para elegir, porque también tenemos de telas y quirúrgicas”.

HBRI –elsiglo