Especialistas rusos verifican desde tierra los propulsores del módulo Naúka

Especialistas rusos verifican desde tierra los propulsores del módulo Naúka, que ayer se encendieron espontáneamente tras acoplarse a la Estación Espacial Internacional (EEI) y provocaron un cambio en la orientación de la plataforma orbital, informó hoy Roscosmos.

En el curso del día de hoy los especialistas rusos “concluirán una serie de procedimientos con el sistema de propulsión del módulo Naúka para garantizar la seguridad tanto de la EEI como de toda su tripulación”, dijo la agencia especial rusa en un comunicado.

Según Roscosmos, al término de estos trabajos está prevista la apertura de las escotillas entre el Naúka y el segmento ruso de la estación, ya que desde tierra junto con los tripulantes rusos de la EEI se comprobó el hermetismo del acoplamiento.

“El vuelo de la Estación Espacial Internacional continúa de acuerdo a lo programado”, añadió Roscosmos.

La NASA informó anoche de que el encendido imprevisto de los propulsores del Naúka provocó un cambio de orientación de 45 grados de la plataforma, que tuvo que ser compensado con los motores del módulo ruso Zvezdá.

“En la EEI todo está en orden. La tripulación descansa”, escribió en Twitter anoche el director general de Roscosmos, Dmitri Rogozin, después de la corrección de la orientación de la plataforma.

El módulo Naúka, con una masa de 20,3 toneladas, es el laboratorio espacial más grande lanzado jamás al espacio por Rusia, y su llegada a la EEI se produjo con 14 años de retraso debido a numerosos aplazamientos, vinculados mayormente con problemas en el sistema de alimentación de sus propulsores y su depósitos de combustible.

De 13 metros de longitud, 4,2 metro de diámetro en su parte más ancha y un volumen presurizado de 70 metros cúbicos- cuenta con cinco puertos de enganche y con treinta lugares de trabajo, que permitirán efectuar trece nuevos experimentos en distintos campos.

El módulo puede generar oxígeno para hasta seis personas y reciclar la orina para obtener agua potable.

El Naúka llevó a la EEI además un inodoro, el segundo del que dispondrá el segmento ruso, una cabina para un tercer cosmonauta y el brazo robótico europeo ERA, su carga más preciada.

El ERA es muy parecido a un brazo humano y es el primer robot capaz de “caminar” alrededor del segmento ruso de la EEI, lo que facilitará la vida de los cosmonautas en el mantenimiento de la estación y en sus caminatas espaciales.

Actualmente, la tripulación de la EEI la integran los rusos Piotr Dubrov y Oleg Noviski, los estadounidenses Shane Kimbrough, Megan McArthur y Mark Vande Hei, el francés Thomas Pesquet y el japonés Akihito Hoshide.

EFE