Mensaje dentro de una botella tenía preguntas fascinantes

Esta botella fue arrojada por la borda el 12 de junio de 1886″. El mensaje, encontrado en 2018, data de hace 132 años, y fue descubierto medio enterrado en una playa de Australia Occidental. La persona que entonces lo escribió no podía imaginar que no sería hasta un siglo después cuando volvería a ver la luz gracias a una bañista, después de pasar nadando tanto tiempo por el Océano Índico.

Tonya Illman encontró, según informa ‘Science Alert’, la vieja botella de ginebra con un mensaje enrollado a 50 metros de la costa en Wedge Island, en enero de 2018. A pesar de que le faltaba el corcho, tanto la botella como el contenido se encontraban sorprendentemente ilesos. Y aunque el cliché podría apuntar a un mensaje de socorro de algún pobre náufrago abandonado en una isla desierta, en realidad se trataba de un experimento alemán que se desarrolló entre 1864 y 1933 para trazar las corrientes oceánicas.

Se trataba de un experimento alemán que se desarrolló entre 1864 y 1933 para trazar las corrientes oceánicas

De ahí que, durante este tiempo, proliferaran las botellas arrojadas por la borda desde barcos alemanes. Cada una contenía un trozo de papel marcado con la fecha, las coordenadas exactas del barco desde el que se arrojó la botella, así como su nombre, puerto de origen y la ruta que cubría. En la otra cara de la nota también había un cuestionario, en el que quien encontrara la botella anotaría cuándo y dónde la encontró. Después debía enviarla al Observatorio Naval Alemán en Hamburgo o al Consulado Alemán más cercano.

La tinta de esta nota se había desvanecido, pero el marido de Tonya se puso a trabajar y distinguió algunas de las cosas marcadas: la fecha, las coordenadas, la ruta (de Cardiff a Makassar), y el nombre del barco (o quizá una barca, llamada Paula). Llevaron la botella al Museo de Australia Occidental para confirmar que, efectivamente, tanto la botella como el papel databan de aquel periodo y Paula navegaba por aquella ruta.

El poseedor del récord anterior tenía 108 años y fue parte de un experimento similar realizado en Gran Bretaña

Cuando la confirmación más espectacular se produjo cuando el Museo se puso en contacto con investigadores en Alemania: así descubrieron que el Diario Meteorológico original hablaba de Paula y registraba una botella arrojada por la borda, con la fecha y las coordenadas. Una comparación de la escritura a mano del mensaje de la botella firmado por el capitán y el Diario Metereológico de Paula muestra que la escritura es idéntica.

De las miles de botellas desechadas de los barcos alemanes como parte del experimento, no es el único descubrimiento (en concreto es el 663), pero sí ostenta el récord de ser el más antiguo hasta la fecha: el poseedor del récord anterior tenía 108 años y fue parte de un experimento similar realizado en Gran Bretaña. Habrá que esperar hasta que otra botella aún más antigua le quite el título a la del Paula.

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