“Balas frías” siguen siendo opción popular

Para los ciudadanos del eje Este hacer sacrificios para comerse las populares “balas frías” sigue valiendo la pena, puesto que no sólo les da un respiro en medio de las diligencias diarias, sino que también les cautiva su paladar con su característico sabor.

Los puestos de “balas frías” no pasan de moda

Y es que según los dueños y encargados de estos puestos, pese a los precios que están manteniendo, las personas siguen adquiriendo esta delicia callejera, que poco a poco se ha ido convirtiendo en parte de la idiosincrasia gastronómica del venezolano.

En este sentido, en un recorrido por las zonas centros de los municipios se pudo corroborar que los carritos de comida rápida son la opción más “accesibles”, pues su costo aunque depende de muchos factores, sigue siendo una opción para los consumidores.

Los perros calientes están alrededor del dólar, las hamburguesas desde los 2 “verdes”. Asimismo, se pueden conseguir combos de dos perros calientes medianos por “un verde” o al cambio y las mini hamburguesas mantienen el mismo panorama de costos. Aunado a esto, las personas tienen la posibilidad de adquirir seis perros medianos, más un refresco en cinco dólares.

Ahora bien, los vendedores cuentan que hasta la fecha las ventas se han mantenido, aunque las semanas radicales son un poco más flojas. Igualmente, indicaron que otro factor que hace que baje un poco el consumo es el incremento de los costos, a raíz de las alzas descontroladas de los costos de los materiales, que los obligan a incrementar el precio de la mercancía.

“Ciertamente con el alza de las divisas todo sube y aunque tratamos de mantenernos en muchos casos nos es imposible, por eso tratamos de crear combos que ayuden a los ciudadanos a comprarnos y por consiguiente nosotros seguir vendiendo para ayudarnos. No obstante, los clientes siguen viniendo y haciendo sus sacrificios para darse un gustito, tomando en cuenta que está es una de las comidas más económicas que hay”, mencionó Kerlys Moreno.

Por otro lado, la vendedora comentó que pese a las ventas hay ocasiones donde no se dan abasto para adquirir la materia prima, por los altos precios. Sin embargo han llagado a acuerdo con distribuidores que les permiten cancelar por cuotas.

“Las ventas van poco a poco, pero tenemos proveedores que también nos facilitan la mercancía y uno le paga en cómodas cuotas semanales. Lo que es una gran ayuda por lo menos en las semanas de radicalización cuando es menor la presencia de personas”, dijo Moreno.

CONSUMIDORES HABLAN

En cuanto a este tema los consumidores no expresan su queja hacía los vendedores sino al alto costo de la vida, pues señalan que ellos son también una víctima de la inflación que se está viviendo actualmente en el país.

“Se sabe que todo está subiendo entonces culpar a los comerciante de los precios es algo ilógico, ya que ellos no lo hacen porque quieren sino porque es su obligación si quieren mantener su puesto de comida que generalmente son su única entrada de dinero. En nosotros los consumidores está el cancelar o no”, dijo Yulmara Rondón.

Por su parte, Carlos Tirado expresó que, la calidad de las comida es otro factor de queja para el consumidor, puesto que nadie está dispuesto a pagar una alta cantidad de dinero por una comida que simplemente no les va a gustar.

“Uno con esto ya debe saber dónde comer bien. Todos los puestos no tienen la misma calidad, por ejemplo yo pese a los precios el lugar para comer y donde tienen combos que acarician mi bolsillo. Todo es cuestión de conocer para garantizar una buena inversión del sacrificio”, aseveró el comprador mientras reía.

Ante este hecho, los ciudadanos se mantienen en una disyuntiva entre la comida casera y esta delicia callejera, misma que en ocasiones los hace flaquear y dirigirse a estos puestos a deleitarse.

DANIEL MELLADO | elsiglo