Líbano suspende maratón de vacunación por falta de electricidad

Los dos maratones de vacunación contra el coronavirus previstos para hoy en el Líbano como parte de una campaña para acelerar la inmunización de la población; han tenido que ser suspendidos debido a los continuos apagones que afectan al país mediterráneo, sumido en una creciente crisis.

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Los maratones de AstraZeneca y Pfizer-BioNTech no tendrán lugar este sábado “por causas técnicas relacionadas con los cortes de electricidad en todos los centros” de vacunación; informó anoche en su cuenta de Twitter el Comité Nacional Ejecutivo de Vacunas.

Se espera que los centros comiencen a operar con normalidad a partir del próximo lunes; explicó el comité, en momentos en que el número de casos de covid-19 está repuntando en el Líbano tras la detección de los primeros contagios con la variante delta.

Un país con una “Gran Crisis”

La crisis económica desatada a finales de 2019, una de las peores en la historia de la nación, se ha intensificado en las últimas semanas con una nueva caída del valor de la libra; una grave escasez de productos básicos como medicinas y combustible, y continuos cortes eléctricos, incluso en la capital.

Con un endeble sistema eléctrico público desde la guerra civil finalizada en 1990, la población libanesa depende en gran medida del uso de generadores contratados a terceros; pero la falta de combustible para hacerlos funcionar hace que en muchas áreas no haya luz la mayor parte del día.

Algunos hospitales y centros médicos han empezado a racionar la electricidad ante el empeoramiento de la situación.

“¿Como se preparar un hospital para un apagón de 26 horas o más? ¿Quién es responsable de cualquier pérdida humana que ocurra como resultado?”, lamentó hoy en su cuenta de Twitter Firass Abiad; director ejecutivo del Hospital Universitario Rafic Hariri, a las afueras de Beirut.

Abiad clarificó que han almacenado las vacunas en neveras conectadas a dos generadores y una batería con capacidad para mantenerlas en funcionamiento durante unas ocho horas; al tiempo que su temperatura está siendo “continuamente” vigilada de forma interna y externa.

EFE