La reconstrucción de la franquicia de Phoenix Suns ha sido tan veloz como exitosa, el talento joven de Devin Booker y Deandre Ayton ha explotado en el momento justo, y la veteranía de Chris Paul ha guiado a un conjunto que aterriza en las Finales como favorito ante los Bucks.
Los Suns nunca han ganado el título de la NBA y estas serán sus primeras Finales desde 1993, cuando el equipo liderado por Charles Barkley cayó ante los legendarios Chicago Bulls de Michael Jordan.
REYES DEL OESTE
En esta extraña temporada de pandemia, viajes agotadores y múltiples lesiones, los Suns se han mostrado como un equipo muy fiable, generoso y lleno de recursos ofensivos.
Los de Arizona lograron el segundo mejor balance en la temporada regular (51-21), a solo un paso de los Utah Jazz (52-20).
Ese muy meritorio segundo puesto en la Conferencia Oeste encerraba, no obstante, un regalo envenenado para los Suns: enfrentarse en la primera ronda a los defensores del título, Los Angeles Lakers de LeBron James y Anthony Davis.
Es cierto que el conjunto angelino llegó muy lastrado por los problemas físicos de sus dos estrellas, pero sería injusto menospreciar el gran despliegue de los Suns; que eliminaron por 4-2 a los Lakers con actuaciones tan portentosas como los 47 puntos de Booker en el sexto y definitivo partido.
Mucho más plácido fue su siguiente trámite, ya que los Suns pasaron por encima de los Denver Nuggets del MVP Nikola Jokic con un inapelable 4-0.
En la Final del Oeste se midieron a Los Angeles Clippers, probablemente el equipo más correoso, inagotable, impetuoso e impredecible de la NBA.
Los Suns tuvieron que lidiar además con el positivo por coronavirus de Paul, que le hizo perderse dos partidos.
Sin embargo, los de Phoenix demostraron un gran aplomo y saber hacer ante los Clippers, sacaron petróleo de duelos muy complicados como el enrevesado y durísimo quinto encuentro (80-84 para los Suns), y alcanzaron las Finales de la mano de un magnífico Paul, que dio una exhibición de 41 puntos en el sexto partido (103-130).
PAUL & BOOKER
Los Suns cuentan con dos pilares maestros: uno es un experto en mil batallas y el otro es una de las figuras con más presente y futuro de la liga.
En la parte de la veteranía sobresale Chris Paul, que a sus 36 años jugará sus primeras Finales.
El base fue el fichaje estrella de los Suns este año para optar a lo máximo y Paul ha respondido con un rendimiento excepcional para ser el cerebro y el corazón de este equipo.
A su lado y con solo 24 años aparece Devin Booker, uno de los jugadores más en forma de estos playoff.
El escolta se ha lucido como una letal máquina de anotación ante la que, por ahora, nadie ha encontrado antídoto; ni siquiera pese a que en algunos partidos jugó con mascarilla tras un golpe frente a los Clippers.
En el juego interior ha dado un importante paso al frente el pívot Deandre Ayton; mientras que en la lista de actores secundarios con mucho peso han destacado el muy físico Jae Crowder y el efervescente Cameron Payne.
En cualquier caso, la enorme temporada de la franquicia no se puede explicar sin su entrenador Monty Williams; el faro de la reconstrucción de estos fascinantes y prometedores Suns y que esta temporada se quedó segundo en la votación al mejor entrenador del año a muy poca distancia del ganador, Tom Thibodeau de los New York Knicks.