Expectación y resignación a un mes de los Juegos Olímpicos de Tokio

Los japoneses esperan divididos entre la expectación y la resignación los Juegos Olímpicos ( JJ.OO.) de Tokio, que a un mes de su inauguración han definido sus medidas clave para blindarse ante la pandemia y adoptado un formado burbuja y reducido.

Expectación y resignación a un mes de los encorsetados JJ.OO.
Foto: Referencial

Desde que anunciaran el aplazamiento de la competición deportiva hasta verano de 2021, los organizadores han trabajado contra reloj para renegociar contratos, diseñar medidas de prevención de infecciones y reorganizar las dimensiones de un evento festivo que en su próxima edición se masca agridulce.

Para cumplir su promesa de celebrar unos Juegos “seguros” confían en un conjunto de directrices que incluyen someter a los participantes a test frecuentes, incluso diarios; limitar sus movimientos y restringir el número de espectadores, incluido un veto sin precedentes de aficionados llegados del extranjero.

TEST, TEST, TEST

Entre sus principales medidas anti-covid-19 está un estricto régimen de pruebas, que incluye la obligatoriedad para todos los llegados de fuera de Japón de presentar varios test negativos antes del embarque, otro test al llegar al país y someterse a pruebas diarias durante el evento, a ser posible.

Una vez dentro, quienes lleguen de territorios con presencia de nuevas cepas tendrán que aislarse al menos tres días antes de entrenar o desplazarse entre instalaciones aprobadas por la organización, para limitar al mínimo el contacto con la población.

Junto a esto, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha hecho una fuerte promoción de la vacunación y asegura que más del 80 % de los residentes de la Villa Olímpica llegarán inoculados.

Queda por ver si la medida podría convertirse en un nuevo quebradero de cabeza para los participantes, visto el caso de un entrenador de la delegación olímpica de Uganda que dio positivo a su reciente llegada a Japón, pese a que todo el equipo está vacunado y presentaron test negativos previos.

PÚBLICO LIMITADO EN LOS JUEGOS

Al férreo control de los atletas, a los que se ha pedido llevar mascarilla en todo momento y evitar abrazarse o chocar los cinco en sus celebraciones, se suman las restricciones del público.

Tras meses de incógnita, y contraviniendo las recomendaciones de los expertos sanitarios mientras la capital japonesa mantiene ciertas restricciones por la persistencia de las infecciones, los organizadores de Tokio 2020 anunciaron esta semana que permitirán la entrada de espectadores en los estadios de los JJ.OO.

El número estará limitado a la mitad del aforo de los eventos, hasta un máximo de 10.000 aficionados, y las autoridades se reservan el derecho a celebrar eventos a puerta cerrada en el caso de que la situación epidemiológica empeore.

Para el voluntario de los Juegos Mikio Watanuki, de 83 años, tener espectadores en las gradas es esencial e incluso abogaría por incrementarlos.

“Si yo fuera el atleta imagino que no podría dar el 100 % en mi actuación sin público”, dice a Efe el nipón, que esperaba; poder aprovechar en los Juegos sus 11 años de estudio del español.

Por el contrario, Shimicchi, un aficionado a la hípica que se desplazó al Estadio Olímpico en estas fechas; considera que los organizadores “deberían controlar más al público”.

“Si no reducen los espectadores, cuando acaben los Juegos podría repetirse lo mismo que con la campaña (de promoción; turística) Go To del año pasado, que dejó contagios por todo Japón”, dice, pese a anhelar la inauguración del evento el 23 de julio.

Aunque durante la primera mitad del año una amplia mayoría de los japoneses (más del 80 %) apoyaba un nuevo aplazamiento; o la cancelación de los Juegos, las encuestas recientes muestran que la mitad apuesta ahora por seguir con ellos.

CELEBRACIONES, LAS JUSTAS

Incluso con público en las gradas, el ambiente de estos Juegos se atisba enrarecido. Los organizadores han pedido a los espectadores que no animen en voz alta y busquen alternativas como aplaudir para expresar su alegría “desde el corazón”.

También han señalado que no se venderán bebidas alcohólicas en las instalaciones y han instado a los aficionados a regresar; directamente a casa en cuanto termine la prueba, sin celebraciones.

Las autoridades de Tokio y las prefecturas colindantes de Chiba y Saitama, donde se disputarán algunas pruebas, han cancelado; todas las zonas de aficionados donde tenían previsto instalar pantallas gigantes para el visionado de las competiciones.

Así “hay menos oportunidades de disfrutar”, dice Kana, una tokiota de 29 años que pasea a sus perros con atuendos de; Tokio 2020, a quien le gustaría que los organizadores sortearan más entradas para los estadios. Lo cierto es que habrá un sorteo, pero para decidir qué afortunados compradores entrarán y cuales no.

EFE