Compraron un perro y resultó ser un oso

La familia Sue Yun tenía tiempo debatiendo la posibilidad de tener un perro; un día se decidieron y fueron a la tienda de mascotas a buscar uno; escogieron a un cachorro lindo y esponjoso.

Oso
Foto: Archivo

No lo pensaron y el cachorro se fue a casa con ellos. Antes de regresar a casa, la familia le preguntó al gerente de la tienda qué tipo de perro era. Él respondió con confianza que era un mastín tibetano.

COMPORTAMIENTO RARO

Una vez que llegaron a casa, Sue se dio cuenta de que el comportamiento del cachorro era único, diferente al de otros perros; el perro tenía muchísimo apetito. El cachorro se comía dos platos de pasta y un plato lleno de fruta todos los días. El lindo cachorro también ladraba de una manera extraña. No sonaba como un «guau» normal, sino más bien como un grito.

El gerente de la tienda ya les había dicho que los mastines tibetanos eran una raza especial, por lo que Sue no le dio mucha importancia. Little Cute Blackie claramente se estaba divirtiendo con Sue y su familia, quienes lo cuidaban con amor.

Un día, el perro empezó a actuar de forma muy rara. Toda la familia se sorprendió. ¿Por qué pasaba eso? ¡El pequeño y lindo Blackie estaba de pie sobre dos patas! Y ya no era precisamente «pequeño». Cuando cumplió dos años, ya medía un metro de largo y pesaba más de 110 kilos.

El mastín tibetano es una raza de perro grande, pero este era un caso extremo. La familia también se dio cuenta de que Little Cute Blackie tenía unos dientes enormes. En particular, los caninos no se parecían en nada a dientes de perro. Los dientes afilados se parecían más a las mandíbulas de un animal enfadado que a unos caninos.

La familia le empezó a tener mucho miedo al perro. Por muy amable y lindo que pudiera haber sido, les preocupaba que pudiera atacar y morder a alguien. Si Cute Little Blackie mordiera a alguien, dejaría una gran herida debido a sus dientes grandes y afilados.

Sue y su familia decidieron llevar a Little Cute Blackie al veterinario. El veterinario llamó de inmediato a la policía y compartió una triste noticia con la familia: esta era la última vez que verían a su amada mascota. El veterinario comenzó a hacerle a la familia numerosas preguntas sobre Little Cute Blackie, como de dónde venía, cuál era su dieta, qué tan grande era al principio, su comportamiento, etc. No mucho después, la policía vino a llevárselo. Entonces, ¿cuál era el problema? Little Cute Blackie no era un perro. No, era un oso negro asiático.

El oso negro asiático es una especie en peligro de extinción casi extinta. Debido a que la bilis de los osos se puede utilizar con fines medicinales, a menudo son capturados y asesinados por humanos. En China existe una ley que dice que la policía debe proteger a estas especies en peligro de extinción. Esta fue una triste noticia para la familia de Sue, que ahora tenía que despedirse de su peludo amigo. Sin embargo, estaban felices de descubrir por qué Little Cute Blackie era un perro tan extraño y que iba a un lugar seguro.

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