¿Es el sushi realmente saludable?

Aunque muchas veces se tome como tal, no todas las variantes del sushi son saludables. Todo depende de los ingredientes del propio bocado japonés, además de las salsas usadas como aderezo.

El 18 de junio celebramos el Día Internacional del Sushi, plato japonés que está conquistando el mundo.

A su favor: pescado, frutas u hortalizas y algas

A menudo consideramos el sushi un alimento saludable. Al fin y al cabo cuenta con ingredientes como frutas, hortalizas, algas y su componente estrella: el pescado azul.

Mientras que en Japón el más utilizado es el atún, en Europa es el salmón. Ambos son una buena fuente de proteínas, yodo y vitamina D.

También son ricos en grasas saludables, que participan en la regulación de la presión arterial, en procesos inflamatorios y en la coagulación sanguínea. Por tanto, ayudan a combatir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Por otro lado, el sushi suele llevar frutas u hortalizas frescas que contienen cantidades significativas de fibra, minerales y vitaminas, principalmente vitamina C.

Hasta la fecha, la fruta más utilizada en su elaboración es el aguacate, rico en vitamina E y ácidos grasos monoinsaturados, efectivos contra enfermedades cardiovasculares.

Para dar forma a este bocado japonés, muchas veces se utiliza alga nori. Esta contiene una elevada concentración de proteínas, que pueden representar hasta el 44% de la materia seca.

Sus niveles son comparables a los que encontramos en vegetales como la soja (40%).

No es oro todo lo que reluce: hidratos de carbono, sal y grasas

Ahora bien, el rollito de sushi proporciona muy poca cantidad de estos pescados, frutas, verduras y algas. De hecho, su componente principal es el arroz blanco perlado, al que se le ha quitado la mayor parte de su fibra, vitaminas y minerales.

Además, se suele preparar con azúcar, por lo que su ingesta podría suponer un alto consumo de azúcares fácilmente asimilables.

Es cierto que estudios actuales sugieren que parte del almidón presente en el arroz utilizado para el sushi es resistente a la acción de las enzimas digestivas.

Por tanto, aportaría menos calorías de las que, en principio, podríamos pensar.

Cuando cocinamos el arroz y lo enfriamos (unos 4ºC), parte del almidón forma una estructura cristalina, muy difícil de degradar por las enzimas.

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