Los gestos para decir «sí» y «no» en Bulgaria ¿están invertidos?

Hay un acuerdo universal sobre lo que significan las expresiones corporales. Así, podría creerse que en todas partes la gente entiende lo mismo cuando se mueve la cabeza a un lado u otro… Pero hay una excepción. Descubre por qué los gestos de afirmar y negar están invertidos en Bulgaria.

Una curiosa excepción

El movimiento de arriba hacia abajo con la cabeza y el de lado a lado son gestos casi universales para afirmar y negar. Incluso pequeños bebés que todavía no tienen la capacidad de pronunciar alguna palabra usan estas señales para comunicarse.

Aunque sea natural y extendido el uso de estos gestos alrededor del mundo, hay un país en el que estas señales se usan a la inversa: Bulgaria. Los búlgaros, por muy extraño que parezca, asienten moviendo la cabeza de lado a lado y niegan moviéndola de arriba hacia abajo.

Esta diferencia es algo que ha llamado la atención por muchos años. Charles Darwin que investigaba sobre los gestos humanos, en el proceso de redacción de su obra La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, envió a personas a corroborar si, en efecto, los búlgaros gesticulaban de esta forma.

La explicación para este comportamiento

Hay culturas que tienen diferentes maneras de negar o asentir. Lo que más resalta de la forma búlgara es que sea contraria a la “usual”. La explicación más aceptada ante la negación con movimientos de cabeza de arriba hacia abajo es que proviene de los griegos.

Anteriormente los griegos hacían un gesto particular para expresar negación, movían ligeramente la cabeza hacia atrás y a la vez levantaban las cejas. Esta costumbre se extendió a otros países, con sus ligeras variaciones, como Turquía, Yugoslavia o Bulgaria.

En cuanto a la afirmación, hay dos versiones que son las más populares. En primer lugar, está la creencia que el gesto proviene de la expresión corporal de “te doy mis oídos”, que es una expresión hablada que se emplea en ese país.

Por otra parte, la segunda teoría se trata de una historia que se remonta a la guerra entre los búlgaros y los otomanos. Según, durante aquel conflicto, los otomanos que invadían las ciudades le ponían una espada en el cuello a los lugareños y les preguntaban si aceptaban a Alá como su único dios.

En aquel entonces los búlgaros estaban muy apegados a la iglesia ortodoxa, por lo que se decidió invertir los gestos de afirmación y negación; de esta forma no estarían traicionando sus creencias.

ElSiglo