La tecnológica china Huawei inauguró hoy en la ciudad de Dongguan (sur) un centro de ciberseguridad y protección de la privacidad con el que la firma, a la que Estados Unidos acusa de estar vinculada con los sectores militar y de inteligencia de Pekín, busca ofrecer garantías y transparencia en el mundo digital.
El presidente rotatorio de la empresa, Hu Houkun, insistió hoy durante una presentación virtual en la necesidad de «establecer normas internacionales conjuntas en materia de ciberseguridad» para «afrontar las amenazas a las que se enfrentan empresas, países y usuarios de las nuevas tecnologías».
«Las amenazas son diversas y todavía carecemos de estándares al respecto para toda la industria. Nuestro centro estará a la disposición de socios, clientes y otros interesados», aseguró.
Hu dijo que el centro mostrará las prácticas de seguridad de la compañía y ofrecerá más asistencia a sus clientes: «Tenemos que dar al público en general y a los reguladores una razón para confiar en la seguridad de los productos y servicios que utilizan».
Hasta finales de 2020, la empresa ha desarrollado 2.963 patentes en todo el mundo de invenciones relacionadas con la ciberseguridad y la protección de la privacidad, señaló la empresa en un comunicado.
El centro también busca «facilitar la comunicación con otros actores» para desarrollar normas de seguridad y proporcionará una plataforma de verificación para clientes y socios.
Por su parte, el responsable global de privacidad y ciberseguridad del gigante tecnológico chino, John Suffolk, afirmó que «hace falta la colaboración de todo el sector» para ofrecer garantías en estos ámbitos.
La empresa china, lastrada por las sanciones de Estados Unidos, está tratando de diversificar sus operaciones en sectores tan diversos como la conducción autónoma, la inteligencia artificial o el Internet de las Cosas (IoT).
«Hay que trabajar con transparencia y cooperar para construir ecosistemas complejos en los que se pueda confiar», dijo Suffolk.
«EL CENTRO NO ES UNA RESPUESTA A EEUU»
El responsable indicó que «este centro no es una respuesta a las sanciones de Estados Unidos, sino que forma parte de nuestra propia estrategia. Llevamos 11 años ofreciendo servicios de verificación a nuestros clientes con nuestra propia metodología», aseveró.
«Vamos a dejar de un lado el miedo, ofrezcamos mejores servicios. La política no debe impedirlo», agregó.
Las sanciones de Washington privaron a la empresa de utilizar Android, el sistema de Google para teléfonos inteligentes, y sus ventas de ‘smartphones’ han ido perdiendo mercado hasta situarse en el primer trimestre de 2021 fuera de las cinco marcas más vendidas.
La empresa presentó oficialmente la semana pasada su sistema operativo HarmonyOS 2 como alternativa.
Washington también prohibió a los fabricantes de semiconductores globales comerciar con Huawei si usaban algún producto estadounidense, y presionó a sus aliados para que la firma china no participe en la construcción de sus futuras redes 5G, lo que desembocó en el veto a la empresa de países como Suecia, Canadá, Reino Unido, Eslovenia o Japón.
Estos vetos han facilitado el camino a los fabricantes nórdicos Nokia y Ericsson en su pugna por la hegemonía en este mercado.
Dadas las infinitas aplicaciones y oportunidades de negocio que ofrece, el 5G se ha convertido en una cuestión estratégica a nivel global, y su seguridad y fiabilidad, en una de las máximas prioridades de los gobiernos.
Las desavenencias entre Washington y Huawei tomaron forma a partir del 15 de mayo de 2019, cuando el expresidente Donald Trump declaró una emergencia nacional para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentaban espiar a EEUU.