Encuentran una fortuna en el estómago de una ballena

Un grupo de pescadores en Yemen realizó un hallazgo que les cambió la vida, encontraron el cadáver de un cachalote en cuyo vientre había ámbar gris, una substancia rara que puede ser vendida en cientos de miles de dólares, para este grupo es «una fortuna».

«Me sentí tan feliz. Sentimientos maravillosos que no puedo describir. Gracias a Dios por esto», dijo uno de los pescadores. «Si encuentras ámbar gris de ballena, es un tesoro».

Y es que esta substancia es muy valiosa en la industria del perfume, pues se utiliza para preservar los aromas. Los pescadores pudieron obtener US$1,5 millones, una cifra inimaginable para mucha gente de Yemen, país sumido en la pobreza y la guerra.

«Esta ballena tenía algo»

El ámbar gris viene de los intestinos de cachalote, un mamífero marino similar a las ballenas, pero de otra familia. Los expertos dicen que solo del 1% al 5% de los cachalotes generan ámbar gris.

En el pasado, esta substancia de consistencia viscosa se utilizó en la medicina tradicional, para hacer incienso y en algunos afrodisíacos. En la actualidad se utiliza para preservar el aroma en los perfumes.

«Uno de los pescadores de Seriah nos llamó por la mañana y dijo: ‘Hay una ballena y puede tener ámbar gris’. Dijimos que iríamos a verla. Tan pronto como nos acercamos, había un fuerte olor y tuvimos la sensación de que esta ballena tenía algo», explicó uno de los pescadores.

«Decidimos enganchar a la ballena, llevarla a la orilla y cortarla para ver qué había dentro de su vientre. Y sí, era ámbar gris (…) Me sentí muy feliz».

Cambio de vida

El grupo de pescadores no esperaba que su hallazgo tuviera un valor de US$1,5 millones. «Todos somos pobres», dijo uno de ellos. Decidieron dividir las ganancias y además compartir algo con gente con carencias: «Compramos casas, pues nos casaremos pronto. Y dimos dinero a los hogares de necesitados».

A pesar de que ahora tienen más dinero, algunos de ellos dicen que no dejarán la pesca. «Es como un sueño increíble. Tengo que seguir en el mar, aunque no atrape nada. Está en mi sangre».

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