Hoge Kempen, un ejemplo de parque natural como motor económico regional

El parque nacional Hoge Kempen, al noreste de Bélgica, donde se creyó que podía estar escondido un militar ultraderechista belga en busca y captura internacional, es considerado la perla de Flandes.

Saltó a los noticiarios fuera de las fronteras belgas por el desembarco de policías y militares para peinar su superficie en busca de Jürgen Conings, huido desde el 17 de mayo fuertemente armado y considerado una “amenaza terrorista”.

Más allá de esa circunstancia, Hoge Kempen es un éxito económico y medioambiental que trata de “reconectar a la gente con la naturaleza” y cuya fórmula intentan repetir otros territorios.

Las ministras valonas de Medio Ambiente, Céline Tellier, y de Turismo, Valérie de Bue, acudieron hace unos meses al director del parque, Ignace Schops, para seguir los pasos de un proyecto que ha aportado importantes beneficios económicos a la comunidad local.

Valonia quiere reproducir el plan en su región con dos parques naturales y Flandes, por su parte, tiene previsto crear otros tres más en los próximos años. Así, Bélgica tendrá un total de cinco parques, aproximándose a la media europea.

Schops, que también es el presidente de la federación Europarc, la mayor red sobre el patrimonio natural en Europa, sugirió a las ministras que se decantasen por crear las reservas naturales ya que, “además de contribuir en la preservación de la naturaleza, trae ganancias a las regiones”, contó a Efe.

Hoge Kempen crea 5.000 puestos de trabajo y recauda 191 millones de euros al año y, según celebró su director “el dinero que se hace en este parque nacional se queda en las comunidades locales”.

Inaugurado hace quince años, los servicios que presta el parque van más allá del turismo y no pierde de vista el secuestro del carbono, la gestión del agua potable y la construcción de establecimientos a sus alrededores, que también reportan beneficios.

“La historia del parque nos dice algo interesante: si inviertes en la vida salvaje, también inviertes en el sistema socioeconómico de la región”, sostuvo el ambientalista belga.

EL MODELO DE RECONEXIÓN

El director del parque, que recibe más de dos millones de visitantes al año; no duda de que su éxito se basa en “el modelo de reconexión” que trata de volver a conectar a la sociedad; la política y los negocios con la vida salvaje que abunda en sus alrededores.

En dicho modelo, los servicios que ofrece el parque se organizan de tal manera que no afecta a su flora y fauna; donde la naturaleza “es la gran protagonista”.

Schops explicó que todas las infraestructuras para los visitantes se sitúan fuera del parque, mientras que en la media de reservas naturales a nivel mundial; el 85 % de las infraestructuras creadas para los turistas se encuentran inmersos en el parque, estimó.

“Además, acercamos los establecimientos a las comunidades locales. Los hoteles, las carnicerías y las panaderías están muy cerca. Así que la gente viene a las regiones y allí puede, por supuesto, gastar algo de dinero”, agregó.

UN PARQUE DE 12.000 HECTÁREAS

Este es el primer y único parque nacional en Bélgica, aunque no es el primero del país; que inauguró en 1925 el parque nacional Virunga, en la República Democrática del Congo, excolonia belga.

Hoge Kempen abrió sus puertas en 2006 pero su historia se remonta a 1991; cuando se cerró la última mina de carbón de esta región, la de Limburgo, y miles de personas perdieron su trabajo.

Fue entonces cuando Schops se preguntó qué se podía hacer con “la belleza del patrimonio natural”; que se extiende 12.000 hectáreas y rodea diez municipios, e ideó una red ciclista que “tuvo mucho éxito”.

Tras esta primera prueba, el experto en biodiversidad dio un paso más con la idea de promover que “la naturaleza sea sexy” y organizó el diseño del parque natural; para “crear algo tan bello con una vida salvaje tan fantástica”, conectada con los bosques, los brezales y las marismas.

Por su décimo aniversario, Schops se propuso cumplir un nuevo sueño y crear un parque “el doble de grande, de hermoso y de fuerte” y; las comunidades locales que rodean el parque “quedaron encantados con la idea”.

“Tenemos miles de donantes que realmente aman el parque nacional porque ganan su dinero y tienen trabajo en él, potenciando la economía local”, destacó.

EFE