Lituania anunció este viernes la expulsión de dos trabajadores de la embajada de Bielorrusia en Vilna, país por ejercer “actividades incompatibles” con sus estatus diplomáticos, lenguaje habitualmente empleado para referirse a labores de inteligencia, y como “expresión de solidaridad con Letonia”, según dijo en un comunicado Gabrielius Landsbergis, ministro lituano de Exteriores.
La expulsión se anunció después de que Bielorrusia expulsó el pasado día 24 al embajador letón en el país, Einars Semanis, así como a otros diplomáticos de esta nacionalidad.
Letonia respondió poco después expulsando del país al jefe de la legación diplomática bielorrusa y gran parte del personal de esa embajada.
Este intercambio de golpes diplomáticos se debió a la decisión del ministro letón de Exteriores, Edgars Rinkevics, de reemplazar la bandera oficial de Bielorrusia por la enseña roja y blanca que enarbola la oposición democrática a Lukashenko.
Las tensiones bilaterales se iniciaron a raíz del desvío a Minsk y aterrizaje forzado de un avión de pasajeros de RyanAir que volaba entre Atenas y Vilna para arrestar al periodista disidente bielorruso Roman Protasevich.
Los países bálticos han expresado abiertamente su frustración por la acción bielorrusa y han encabezado el movimiento dentro de la UE para aumentar la presión sobre Lukashenko con una nueva ronda de sanciones.
Estonia, Letonia y Lituania han prohibido en los últimos días la entrada en sus respectivos espacios aéreos de Belavia, la aerolínea nacional de Bielorrusia.
Lituania, que comparte 679 kilómetros de frontera con Bielorrusia, ha recibido en los últimos meses un importante número de refugiados políticos de su vecino directo, entre ellos Protasevich y la líder opositora prodemocrática, Svetlana Tijanósvkaya.
