David McAllister, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo (PE); y Pilar Del Castillo, presidenta de la Delegación para las Relaciones con los países de la Comunidad Andina, hicieron un llamamiento a encontrar una “salida pacífica” a la situación en Colombia y respaldaron “un diálogo nacional”.
En una declaración conjunta, los eurodiputados populares urgieron a la sociedad civil, autoridades y fuerzas políticas a que “desde la moderación y el diálogo se encuentre una solución adecuada» ante las fuertes protestas que llevan sucediéndose más de una semana en Colombia»; al tiempo que defendieron el derecho del pueblo colombiano a manifestarse pacíficamente.
“El legítimo derecho que asiste a todos los ciudadanos a protestar y a manifestarse pacíficamente (…) constituyen la piedra angular de los sistemas democráticos”, sostuvieron los europarlamentarios quienes subrayaron el “carácter pacífico de la mayoría de las protestas acaecidas».
Sin embargo, rechazaron el “uso indiscriminado de la violencia” ejercida por algunos manifestantes; y señalaron que la obligación de las autoridades para garantizar el orden “ha de ejecutarse de una forma proporcionada, sin abusos, arbitrariedades ni excesos».
“Las confusas y diversas informaciones sobre el número de fallecidos y heridos, incluidos los agentes del orden, y las personas en paradero desconocido, constituyen un motivo de preocupación”, afirmaron.
Por ello, los políticos populares celebraron que la Fiscalía General de Colombia haya ordenado la detención de los autores de los abusos policiales; así como la retirada por parte del Ejecutivo de Duque de la reforma tributaria, que fue la chispa que prendió las protestas.
PARO NACIONAL
El pasado 28 de abril comenzó un paro nacional en Colombia contra la reforma fiscal anunciada por el Gobierno colombiano, que incluía una reforma de la salud pública que beneficiaría al sector privado de la salud.
Finalmente, el Ejecutivo dio marcha atrás ante el clima de malestar generado, pero esto no impidió que las manifestaciones continuaran sucediéndose por todo el país.
Desde entonces, la policía, en concreto el ESMAD (antidisturbios), y el ejército iniciaron una fuerte represión contra las protestas, lo que ha causado una escalada de violencia en las calles.