Científicos de primera fila cuestionan la mascarilla obligatoria al aire libre y con distancia

Los datos son contundentes desde hace ya un año. Un estudio de 318 brotes de Covid en China al inicio de la pandemia mostró que 317 ocurrieron en interiores, frente a un único caso en exteriores: el de un hombre de 27 años que, presuntamente, se contagió en un pueblo hablando a la intemperie con un recién llegado de Wuhan.

Llevar puesta la mascarilla al aire libre y metérsela en el bolsillo al entrar en un bar es como llevar puesto el casco para caminar y quitárselo para montar en moto. 

Sin embargo, esa paradoja es habitual en países como España, con normativas que imponen la mascarilla al aire libre, pero hacen excepciones en los interiores de restaurantes y oficinas

Cada vez son más los expertos de primera línea que cuestionan estas medidas contradictorias, como el epidemiólogo Marc Lipsitch, director del Centro de Dinámicas de las Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard (EEUU), reseñó El País

“Generalmente soy muy radical en la defensa de las normas con un beneficio claro, pero ponerse la mascarilla al aire libre tiene costos importantes y realmente no hay evidencias de sus beneficios”, advirtió Lipsitch.

os datos son contundentes desde hace ya un año. Un estudio de 318 brotes de Covid en China al inicio de la pandemia mostró que 317 ocurrieron en interiores, frente a un único caso en exteriores: el de un hombre de 27 años que, presuntamente, se contagió en un pueblo hablando a la intemperie con un recién llegado de Wuhan. 

La agencia europea dedicada al control de las enfermedades infecciosas, el ECDC, solo recomienda utilizar mascarilla en el interior de los locales públicos y sugiere que “se puede considerar su uso en entornos al aire libre con mucha gente”. 

Sin embargo, en España es obligatoria incluso para una persona que camina sola por un parque. La Asociación Madrileña de Salud Pública pidió el 6 de abril la anulación de esta “absurda” obligatoriedad de las mascarillas al aire libre.

El coronavirus se transmite de manera predominante por el aire, a través de aerosoles que se acumulan como un humo invisible al hablar o toser, según expuso un equipo científico hace una semana en la revista médica The Lancet.

 Los autores, encabezados por la médica Trish Greenhalgh, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), incidían en las soluciones: evitar los interiores compartidos con personas no convivientes, aumentar la ventilación, utilizar mascarillas bien ajustadas dentro de los locales y reducir los aforos.

Greenhalgh es tajante: “Al aire libre solo es necesario ponerse la mascarilla cuando hacemos ejercicio extenuante, por ejemplo al correr, si pasamos muy cerca de otras personas, por ejemplo en una acera”. 

La investigadora sugiere guardar una distancia respetuosa. “Por lo demás, no es necesario llevar mascarilla al aire libre, porque el virus en el aire se disipa rápidamente. Pero si inhalo el aire que acabas de exhalar, estoy en riesgo”, subraya.

ElSiglo