Madre María de San José: Un signo viviente de amor a Dios

Este domingo 25 de abril Laura Evangelista Alvarado Cardozo, mejor conocida por los feligreses de la iglesia católica como la Madre María de San José, estaría cumpliendo 146 años, por lo que los devotos y fieles recuerdan con orgullo su nombre, corazón y voluntad de ayudar a los más necesitados.

La Madre María de San José nació el 25 de abril de 1875 en la población costera de Choroní, siendo sus padres Clemente Alvarado y Margarita Cardozo. Y quien además para alegría de los venezolanos, el 7 de mayo de 1995 el Papa Juan Pablo II desde la ciudad de Roma la elevó como beata.

Es por ello, que con el pasar de los años su legado crece en cada ciudadano, y para la Madre Joanggy Parra, de la Congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, la Madre María de San José es una mujer que entregó su vida a Dios.

“Desde muy pequeña sintió la inquietud de servir al Señor, por ello crea una escuelita en donde le da catequesis a los niños y desde allí se da inicio a su vocación por el servicio a Dios, para posteriormente hacer su voto de castidad, en donde le entrega a Dios lo más preciado de ella, en este caso sus rulitos, por lo que corta su cabello, entrega sus aros y le da esa vanidad al Señor y a los 13 años hace su voto de castidad”, señaló la madre.

Asimismo, la servidora de Dios mencionó que la Madre María en compañía de un grupo de señoritas empezó a servir a los enfermos, “en ese tiempo estaba la epidemia de la tuberculosis y se crea el primer hospital San José en 1896, para atender a las personas que se encontraban afectadas por esa terrible enfermedad”.

En cuanto a la congregación, la Madre Joanggy Parra destacó que la misma nace para ayudar a los pequeños que se habían quedado sin padres, “la Madre María de San José realmente quería ser una monjita de clausura, pero debido a la necesidad de ese momento se necesitaba que estuvieras más personas activas, y en 1901 es creada la Congregación”.

Sin embargo, destacó que en 1905 debido a la epidemia muchos niños quedaron sin padres, por lo que se crea el primer asilo de huérfanas en la ciudad de Maracay, “se llamaba Casa Inmaculada Concepción, que son los mismos espacios del Santuario que se encuentra ubicado a pocos metros de la avenida Bolívar”.

La Madre Joanggy precisó que la Madre María es un signo de amor a Dios viviente, ya que luego de haber partido al cielo su legado continúa entre los feligreses, “nosotras como sus hijas en el hoy vivimos esa espiritualidad y ese carisma, que como vemos en la actualidad existen niños y ancianos abandonados y nosotros nos entregamos por su ejemplo de santidad a ese pueblo sufriente”.

Por último, la religiosa informó que por temas de la pandemia del Covid-19 las actividades se realizarán a puerta cerrada, “haremos nuestra eucaristía y con las mismas niñas estamos preparando una actividad de nombre “qué le regalarías a la Madre María de San José”, en donde las pequeñas demostrarán su creatividad”.

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